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06/03/12
Basado en el cuento de Nicolás Gogol, se representó fuera de concurso, en el marco del Encuentro de Teatro “Martín Caracoche”, en el Teatro Talía, “Memorias de un loco”, un texto que pone al descubierto un profundo estudio de la condición humana. Fabián Morales –actor y director– construyó un Aksanti Ivanovich por momentos desafiante en su delirio y, por otros, tierno y extremadamente vulnerable. Esa permanente fluctuación enriqueció una puesta que no dio respiro al espectador, obligándolo a fluctuar entre la risa y la emoción. Ivanovich trabaja en el ministerio de anexos y varios. Un día, queda atrapado entre la locura el y romanticismo –se enamora de la hija del Señor Director, de la que recibe noticias gracias a la correspondencia que existe entre dos perritas– estableciendo distintos tipos de conexiones con la realidad y el lirismo de su enajenada sensibilidad. Fabián Morales ofreció una extraordinaria creación del personaje de Gogol, a través de la respetuosa y creativa adaptación del texto, donde nuestra cómo, a través de la locura, el personaje se adueña de la pasión por las causas injustificadas y comunes del ser humano. La orfandad de Ivanovich recala en el único lugar posible en el que dar rienda suelta al amor y a las ansias de vivir, imposibles en el estrecho mundo en que vive y, finalmente llega al estallido final: se corona como Rey de España. Se rebela, al fin, de la opresión que día a día ha terminado por destruirlo En la escenografía mínima que propone la obra, todo se centra en el personaje y su vestuario, las medallas, el paraguas, su sobretodo estilo militar… pero, la libertad no dura mucho; los hombres de blanco llegan a buscarlo, lo despojan de sus “tesoros” y queda vencido y más desvalido que nunca, retornando al mundo de la infancia, sumergido en los primeros recuerdos, los más seguros y bellos. El texto de Gogol –que además guarda relación con aspectos de su vida personal, pues murió recluido y al borde de la locura– tuvo en Fabián Morales un meticuloso adaptador que supo darle infinitas posibilidades actorales, como las de introducirse en una de las situaciones más complejas de la vida que pueda enfrentar un ser humano: la locura. Tema difícil que puede tener serias acechanzas a la hora de subir a escena pero, nada de esto ocurrió. Morales le dio al personaje “el tempo” exacto, la vibración justa y la hondura del final que, con una estupenda vuelta de tuerca, retorna a la locura salvífica, en la que Ivanovich decide no aceptar la realidad gris y opta por el deseo de ser “otro”. “Memorias de un loco” es una joya de la literatura universal. La versión que ofreciera el sábado 3 de marzo Fabián Morales en el Teatro Talía estuvo a la altura de las circunstancias.
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Noticiasmercedinas.com - Actualizado 06.03.12 9:36 AM |
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