El pasado viernes 23 se realizó la proyección de “Crónica de una búsqueda”, documental acerca de la vida militante y posterior secuestro de Stella Maris Bojorge, una mercedina secuestrada en la madrugada del 2 de julio de 1977 a los 23 años por el régimen dictatorial impuesto por la dictadura, desde su propia casa en calles 11 y 26, 72 horas después de la desaparición de su novio, Carlos Alberto Weber.

Stella Maris había nacido el 4 de febrero de 1954 en Mercedes. Fue alumna de la Escuela Normal, y se graduó de bachiller en 1971. Inició sus estudios superiores en la Facultad de Medicina de La Plata, cursando hasta 3º año de la carrera.

Al igual que miles de militantes sociales, estudiantiles, sindicales y políticos, fueron víctimas de la dictadura militar que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976 y que aplicó métodos criminales de impunidad, como asesinatos, secuestros, torturas y desaparición masiva de personas.

Una anécdota que se rescata por estos días dice que Stella, que contaba con ocho o nueve años, estaba en la puerta de su casa cuando otra niña que caminaba descalza pasó por ahí. Stella la llamó, se quitó sus zapatos y se los dio. Más tarde su madre preguntó qué hacía sin su calzado, y ella dijo que le había regalado sus zapatos a una niña que estaba descalza. Ante la reprensión de su madre, Stella respondió: “Si yo tengo dos pares ¿por qué ella tiene que estar descalza?”

La historia de Stella Maris Bojorge es una de las tantas que por estos días, a 36 años del Golpe Militar y en medio de homenajes, surge con fuerza. Ella fue arrebatada por la fuerza por un grupo paramilitar en plena dictadura y estuvo como desaparecida y nada se sabía hasta hace muy poco, cuando el equipo de Antropología Forense finalmente confirmó el hallazgo de su esqueleto en una fosa individual sin identificar.

La urna con los restos de Stella Maris Bojorge, luego de más de un año de intensísima búsqueda y el trabajo del equipo de antropología forense, fue depositada en el cementerio municipal de Mercedes el 8 de marzo de 2008.

Según se sabría luego, al igual que su novio Carlos Alberto Weber, padeció cautiverio en condiciones infrahumanas en el centro clandestino de detención “La Cacha”, ubicado en las calles 195 entre 47 y 52 de la localidad de Olmos, partido de La Plata.