La defensa de los Derechos Humanos y la resistencia a la Dictadura ocuparon un espacio central en la octava luna del festival de Cosquín. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recibió una distinción al tiempo que la Compañía de danzas La Popular expresó la lucha militante a través de una representación coreográfica. Junto a ella estuvo el mercedino Eduardo “Wado” de Pedro.

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas; Sonia Torres, titular de Abuelas en Córdoba; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; Pedro Nadal, nieto recuperado; Eduardo de Pedro, diputado nacional por el FpV y nieto recuperado; e Ignacio Hernaiz, Coordinador del Centro de Promoción de los Derechos Humanos de la Unesco, entre más, subieron al escenario Atahualpa Yupanqui de Cosquín y recibieron un reconocimiento por parte del intendente local, Marcelo Villanueva.

Fue como corolario del espectáculo "Nadie nos va a callar", que presentó la Compañía La Popular, parte del grupo Danza por la Identidad, y que expuso ante la multitud que pobló la plaza Próspero Molina un relato coreográfico sobre la apropiación de niños durante la dictadura cívico-militar 1976-1983.

La representación estuvo acompañada musicalmente por "Duerme negrito", de Víctor Jara, en la voz de Mercedes Sosa; "Lapachos de primavera", de Marcelo Perea y también parte del repertorio de Mercedes; "El viento trae una copla", de Bersuit Vergarabat; y "Bailaré", de León Gieco.

La 53ra. edición del Festival de Folclore de Cosquín ya había ofrecido espacio a la militancia por los derechos humanos cuando, en la jornada de apertura, el sábado pasado, se había presentado en el escenario mayor la formación Contra Coro al Resto, integrada por ex presos políticos.

Contra Coro al Resto, perteneciente a la Asociación de Ex Presos Políticos de Córdoba y, en términos estéticos, inspirado en el legado del Movimiento Nuevo Cancionero de los años 60, interpretó entonces la opereta criolla “La cría del sol”