13/02/13 Opinión: ¿Personas o bípedos implumes? No se puede seguir en la reiteración de situaciones de maltrato, desprecio por las normas, de borramiento de límites en la acción del individuo en la sociedad. ¿Intentaremos salir del pantano o nos resignaremos? Por Mónica Tirone.
“No se puede seguir viviendo así”. Anton Chejov. “El Grosellero”. 1898.
Y es cierto: no se puede seguir viviendo así. Argentina. 2013.
No se puede seguir viviendo en la reiteración diaria de situaciones de este tipo:
Estación de servicio. Cartel claro y a la vista que indica la prohibición de usar celular. Sujeto masculino, mayor de edad, cargando combustible en su superpoderosa camioneta y hablando por celular , de pie, frente al cartel.
La misma estación de servicio. El mismo día. Cartel claro y a la vista que indica la prohibición de expender combustible a motociclistas sin casco. Sujeto femenino, mayor de edad, disgustado por la negativa del joven expendedor a cargar combustible en su moto ya que no lleva casco. Parte airado y acelerando sonoramente su vehículo, al grito de: “Me voy a la esquina. Ahí me cargan.”
Mañana, tarde, noche; calle, avenida, accesos a la ciudad. Sujeto femenino o masculino, adulto, en bicicleta con dos o tres niños cargados en el vehículo.
Idéntica ubicación, pero en moto, todos sin casco, o los niños provistos de él y el adulto, no. O a la inversa.
Plaza San Luis. Primavera incipiente. Madre joven detenida a la vera de uno de los cordones, sobre su bicicleta. En el portaequipaje, dos niños, y ella, con bolsas colgadas del manubrio, tomando de un brazo a un bebé de no más de dos años para subirlo ¡al caño!, al grito furioso de “¡Dale, boludo!”
Semáforo sobre Acceso Sur, a la altura de la Terminal de ómnibus. Todos los días. Todas las horas. Rojo: detiene el paso para entrar a la ciudad a los vehículos provenientes de Ruta Nacional Nº 5. Cartel indicador que habilita la entrada a la Terminal sólo a ómnibus. Dos automovilistas desconocen ambas indicaciones: el uno sigue su marcha a la velocidad que trae por el Acceso rumbo a la calle 29 y el otro entra a la Terminal por el camino vedado. Ambos, lo más campantes y orgullosos de su conducta vial, transgreden las señales viales.
Tardecita/noche. Calle 30 entre 25 y 21. Jóvenes departen relajadamente sobre los canteros, consumen distintos tipos de bebidas (gaseosas, mate, cerveza…) Todo tranquilo. Otros juegan a la pelota sobre la calzada o deambulan por ella. Producen la caída de un motociclista. Diáspora.
Colegio / escuela secundaria. La Inspectora entrevista a la Directora para comunicarle que no habrá más sanciones para aplicar a los alumnos. La autoridad de la unidad escolar pregunta, entonces, si en caso de que un alumno le arroje a la profesora que da clase un borrador, tampoco puede tomarse ninguna medida disciplinaria. Respuesta: “En ese caso, la profesora deberá pensar por qué el alumno le arrojó el borrador”.
Basura en 108 y Ruta Provincial 41, o en cantero de calle 30 y 11, o… No se trata de basurales habilitados por el Municipio. Incluso, en el primer caso, vecinos y Municipio, trabajando mancomunadamente, logran limpiar el lugar y señalizar la prohibición de arrojar basura. Algunos sujetos insisten en ensuciarel espacio de todos y depositan allí restos alimenticios, bolsas entreabiertas, pañales, plumas, bolsas con pasto, papeles… que debieran colocar en su vereda, o trasladar a los sitios indicados, según la Normativa municipal.
Instituto Educativo de Nivel Terciario. Clase de Lengua Castellana. La profesora propone escribir la receta de cómo hacer una pizza o un pan. Respuesta de una alumna: “Levante el tubo y llame al delivery”. Ante la insistencia docente, se constata que sólo una alumna puede balbucear los pasos para realizar tan elemental tarea doméstica.
Docente a cargo de uno de los tantos experimentos educativos padecidos en los últimos veinte años (el “3er. Ciclo de EGB”) en una escuela de gestión privada. Padre ofendido por el fracaso escolar de su párvulo. Ante las explicaciones pedagógicas de la profesional, el sujeto –masculino, mayor de edad– espeta: “Usted es MI empleada, así que mi hijo pasa.”
Intersección de calles céntricas. Mañana de sábado. Camioneta muy moderna, imponente, en tránsito. Jovial abuela al volante. Nietitos con medio cuerpo porfuera de las ventanillas traseras. Ella, cómoda y displicentemente, charlando por celular.
Cualquier día, a cualquier hora y en cualquier lugar… Sujeto mayor de edad, masculino o femenino, con síntomas de alguna patología o de algún malestar orgánico, como fiebre o catarro, por ejemplo. Con decisión hipocrática, se automedica antibiótico, sin consultar con su médico.
Cualquier día, a cualquier hora y… frente a la barrera del ferrocarril baja. Varios automovilistas aguardan, en fila india, que se habilite el paso. No menos de cinco conductores de diversos vehículos esquivan la fila, zigzaguean ycruzan las vías, mientras todos los que esperan suspiran ante la pitada del tren que se anuncia con sus luces encendidas y el tronar de su marcha.
y 16 y 17 y…
¿Qué nos revelan estas anécdotas de propiedad local? (No son ficción; son narraciones escuetas de hechos acaecidos efectivamente entre nosotros.) ¿Qué nos dicen sobre lo que somos?
Nos hablan de maltrato, de desprecio por las normas, de borramiento de límites en la acción del individuo en la sociedad, de desconocimiento de conceptos, de interrupción en la cadena del traspaso generacional de información y de valores. Nos hablan, dolorosamente, de prepotencia y de soberbia, de falta de solidaridad y de falta de cultura cívica, de atropello y de sinrazón.
En síntesis, y por más molesto que sea reconocerlo, nos revelan el embrutecimiento progresivo, sostenido y creciente de los miembros de nuestra sociedad; nos revelan la degradación cultural y el abandono de valores insoslayables como son el respeto por la vida –propia y ajena–, por el prójimo –niño y adulto–, y por las normas que organizan la vida social y permiten una convivencia lo más armónica, seria y racional posible.
“Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, reza un dicho popular. Eso es lo peor: no estamos describiendo la conducta sólo de los individuos que habitan la ciudad de Mercedes. Estos hechos se repiten en el país.
¿Intentaremos salir del pantano y construirnos como personas que interactúansocialmente o nos resignaremos –como dice la decadente frase de moda “es lo que hay”– a seguir conformando un amontonamiento de bípedos implumes?
Sólo porque confío –contra viento y marea– en la capacidad del ser humano para construirse persona, es que comparto esta reflexión. Ojalá alguien se reconozca en una de las anécdotas y sea capaz de avergonzarse y de cambiar. Si esto sucede, estamos salvados.
* Mónica L. Tirone es una reconocida docente de larga trayectoria en varios establecimientos educacionales de la ciudad.
Mercedes - Bs As - Argentina
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