Está claro que el Intendente no acuerda con la política social del Gobierno Nacional. Extraña la época del clientelismo político. Otros tiempos políticos están en marcha.

Esos camiones que el intendente cuestiona bien sabe que responden a un programa del Ministerio de Desarrollo Social de Nación, que se aplica en todo el país, bajo la misma a modalidad.

Entonces: ¿Qué molesta? ¿Que los derechos se alcancen sin intermediarios directamente a la gente?. ¿Que se haga un informe ambiental por un trabajador social, que es la persona habilitada técnicamente para relevar la situación?. ¿Que se firmen 3 actas que dejan asentado cada elemento que la persona recibió?. ¿Que no puedan guardar nada en galpones mientras los vecinos tienen necesidades urgentes?

Desde el Ministerio se trabaja con las políticas sociales  que tienen como protagonistas los derechos de quienes más necesitan.

No caigamos en lo que Hanna Arent definiera tan claramente como la “banalidad del mal”

Dice el Intendente que las elecciones barriales se pueden haber ganado gracias a esas entregas sociales. Subestima a los vecinos. Entiendo que las barriadas se refuerzan, se fortalecen lo que Castell denomina las zonas de cohesión social y no hay quien pueda cuando los vecinos se organizan.

Dice el Intendente que tiene un problema con los concejales del FMPV, debería verlo como una oportunidad: ponemos en agenda algunos temas que creemos necesarios, defendemos los intereses de los vecinos piensan distinto. Somos oposición y construimos desde un lugar diferente puede no gustarle pero fuimos elegidos por el pueblo.

Las “entregas sociales” forman parte de una política social que cuenta con Programas sociales que incluyen a la diversidad de vecinos y de temáticas.

Hoy en Mercedes los Programas sociales del Gobierno Nacional se han transformado en pequeñas empresas familiares, escuelas deportivas, proyectos culturales, espacios recreativos, mejores viviendas, terminalidad de estudios secundarios, mayor cantidad de adultos alfabetizados, fortalecimiento de derechos por las capacidades diferentes,  mejor rendimiento escolar, mayor acceso a la salud, al turismo y a la justicia. Eso sí es considerar al otro.

Y gracias a la mejor inserción social comunitaria el círculo virtuoso de la producción y el consumo está en marcha.

Nadie puede sentirse totalmente bien si el vecino que tenemos cerca no lo está. Si el empresario local, si la señora que cuida nuestros chicos, si el deportista que representa a nuestra ciudad, si el artista, si el parquero, si el obrero, si el docente no crecen no podemos crecer todos.

De eso trata esta política y su defensa, de una construcción colectiva en la que todos somos importantes y necesarios.

Como concejales diariamente recibimos consultas, sugerencias, aliento, acompañamiento y fuerza que se traduce en ganas de seguir trabajando por la ciudad que queremos tanto.

Finalmente diré que me alegra y me enorgullece observar nuevamente la movilidad social sostenida sobre la base de la educación y a eso yo lo llamo respeto.

* Celeste Burone es concejal del Frente Mercedino para la Victoria