Cristina, Scioli, Macri, Massa y De Narváez, todos de una u otra forma en poco tiempo, jugarán sus cartas, saben que todos tienen que ver con el futuro político del país.

CFK necesita hoy más que nunca alcanzar el 40 % del electorado, es más necesario que el mismo Frente para la Victoria, lo que de aquí suceda tendrá en ese cuarteto la gran respuesta, y todos son, un poco más allá o un poco más acá, más de lo mismo. Valga la redundancia.

De Narváez, desesperado últimamente sabe y reconoce que esta elección será parecida a la del 2009, también que muchos de sus aliados en su momento, se han ido, algunos a jugar junto al gobernador de Buenos Aires, otros rumbo a Tigre, y trata de ponerse en víctima cuando en realidad fue cómplice.

Es que los cuatro han sido de un modo u otro parte de este proceso del acrecentamiento de la desigualdad. ¿Se ha visto alguna reforma impositiva, por ejemplo?

Por supuesto que no, y sí se ha notado que hoy hasta el trabajador paga impuesto, como el que más. Cada aumento de sueldo no sabe si es parte de su plus valía o un castigo.

Siguen disminuyendo en valor estable de compra de los salarios, en idéntica situación si hablamos de salario familiar, o cualquier ayuda social. Carcomidos por la inflación.

Se reparte la misma cantidad a más ciudadanos con mayor inflación, por consiguiente el valor de compra se hace menor en relación a las necesidades básicas de la familia.

Por lo tanto, no veo, ni del mal llamado progresismo oficial como de los antes mencionados un avance, sino más bien, más de lo mismo, un reparto de la pobreza cada vez más amplia y algunos sectores cada día más ricos.

En este contexto, no creo que Scioli se atreva a cruzar el cerco, seguirá fiel (a lo que su propio hermano José aseveró, hoy De Navaista) a no romper el status quo, negociará quedarse con la lista de diputados de la provincia a los efectos de encontrar un buen respaldo con vista al 2015 y que la señora haga lo que le plazca en la lista de diputados nacionales.

Nación como Provincia necesitan acordar y tratar de remarla hasta agosto, la inflación, la seguridad son temas que no se tocarán, por lo pronto, hasta no tener ciertas seguridades, ya que la gran batalla será la propia provincia. Por ese mismo motivo la guerra mediática se irá manejando según los tiempos.

El está ahora con la necesidad de poner en la provincia gente de su filo, sabe que CFK por ahora gobierna hasta el 2015 y él también, y quedan tres largos años de administración por delante, ella en la Nación y él en la Provincia.

Por consiguiente necesita, como el agua, que la Nación lo oxigene (léase 10 o 15 mil millones de pesos), las paritarias las tiene a la vuelta de la esquina y los empleados públicos seguramente no cerrarán acuerdos por debajo del 25 % al 30 %.

Por tanto, Nación como Provincia necesitan acordar y tratar de remarla hasta agosto, la inflación, la seguridad son temas que no se tocarán, por lo pronto, hasta no tener ciertas seguridades, ya que la gran batalla será la propia provincia. Por ese mismo motivo la guerra mediática se irá manejando según los tiempos.

No es este un tema menor y al paso que vamos seguramente estaremos mucho más arriba en el proceso inflacionario, como en el desmejoramiento en cuanto a seguridad, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos en el fútbol que marcan en qué situación nos encontramos.

Massa tampoco tiene el juego suficiente como para salir de Tigre sin exponerse: tarde o temprano tendrá que acordar con alguien. O enfrenta al gobierno central, o a Scioli o se une a este. La pregunta es, entonces, ¿cuántos serán los intendentes que lo acompañarán en la movida? ¿Cómo explica que fue Jefe de Gabinete de este proyecto, y participó de la lista de candidatos testimoniales, como Scioli?

De Narváez necesita en este contexto reubicarse, negociará cómo colarse en alguna lista y últimamente está remarcando en cuanto micrófono o cámara enfrenta un latiguillo como aquel “Tengo un plan”, del 2009, que ahora es “la oposición tiene que ponerle un freno al cristinismo”, y de última se juntará con Macri.

Este (Macri), va a tratar de que los subtes funcionen más o menos bien, no importa que la gente se queje por el precio (tengamos en cuenta que el año pasado este medio de transporte costaba $1,10, luego $2,50, ahora $3,50) Sí: la friolera de casi 220 % de aumento.

De última los que abandonen ese medio de transporte utilizarán los micros, que dependen de Nación, con lo cual el problema será para el Ministro del Interior y Transporte (Randazzo). El mismo que como medida progresista tiene ya reglamentado un proyecto en donde todos los medios de transporte que reciban subsidios del Estado serán pintados de azul celeste, mientras tanto siguen los problemas en Ferrocarril Sarmiento y apenas, después de 10 años de administración, en este año han efectuado algunas correcciones, pero seguimos con cada vez menos servicios y con los mismos problemas de antes del 22/02/12.

Lamentablemente la incoherencia es tal que todo está movilizado ante la urgencia y los excesos; rentabilidad para unos pocos y en exceso (TBA), las que han tenido y tienen aquellos que negocian amigablemente con el Estado, mientras otros los más pobres y vulnerables la brecha se les hace excesivamente aún, más amplia.

Después de 10 años de gestión sólo con el consumo interno no solucionamos el problema de fondo, se necesita trabajo que le permita a la ciudadanía tener trabajo como realización personal y social, calificado y estable, entendamos que tenemos casi la mitad de población activa laboral trabajando en forma precaria, casi un 40 %.

Observemos la infraestructura en general de los ferrocarriles, de las rutas tanto nacionales como provinciales. De Vido, no tiene responsabilidad alguna? ¿Es acaso un funcionario que acaba de asumir?

El Estado debe ser generador de condiciones estratégicas. Los ferrocarriles, las rutas, el petróleo, son los conductos de la producción, los recursos para infraestructura no deben ser repartidos según la cara del cliente (intendentes, gobernadores), mucho peor si a quien se está diferenciando es a aquel que contribuyó para que hoy estén gobernando quienes lo están. ¿De qué federalismo hablamos?

Los impuestos deben volver al pueblo, traducidos en obras para bienestar general en forma igualitaria para todos y no digitados, salteando las instituciones impunemente.
Ahora bien, difícil será si quienes gobiernan, no asumen la responsabilidad que les toca y por la cual el pueblo los ungió, ya llevan varios años gestionando (la provincia de Buenos Aires más de un cuarto de siglo) ¿Ahora descubren que la coparticipación no les alcanza para cubrir las necesidades básicas de la población? ¿Arlía supone que con los peajes solucionará el problema que tiene en las rutas provinciales? La experiencia nos indica que no es la solución, sino la creación de uno nuevo… salvo que ahora pretendan retrotraer la historia a los tiempos de Carlos Saúl I… Bueno no sería extraño, ya que el Sr. Gobernador les fue útil a todos… los de un lado y los de otro… el tema es la coherencia…
 

* José Luis Ramos es concejal del GEN/FAP de Mercedes.