Tal cual se informó, este viernes a las 11 en el Concejo Deliberante se entregará la distinción “Arturo Bojorge” a personalidades de la ciudad, en un acto vinculado a los derechos humanos en el cual se otorgará por primera vez este premio al “coraje cívico y compromiso democrático”.

Se trata de un reconocimiento doble. A personalidades de la comunidad y a Arturo Bojorge, un hombre cuya integridad, dedicación y voluntad de servicio inspiró la creación por parte del Departamento Ejecutivo local la distinción que recibirán Javier Casaretto, Juan Carlos Benítez y Félix Picardi (in memoriam).

El concejal Juan Carlos Benítez, quien será uno de los distinguidos, este jueves por la tarde a pocas horas de recibir el reconocimiento se mostró agradecido. “Esto me ha tomado de sorpresa y es bien cierto que cuando las canas comienzan a aparecer empiezan los homenajes. Estoy muy agradecido con este reconocimiento, al intendente y al área de Derechos Humanos. Me siento gratificado. Tanto Javier Casaretto como yo nunca hemos utilizado el argumento de haber sido detenidos, desaparecidos, torturados, como un elemento para realizar política partidaria. Hablo por ambos, ya que a él lo conozco mucho, y sé que ambos lo guardamos muy entre nosotros”, expresó en principio.

El 29 de noviembre de 1977 a Benítez lo detienen y secuestran por la fuerza, logrando escapar de un auto en un primer intento pero siendo inmediatamente atrapado. “Venia caminando por la calle 35 casi esquina 20 y desde un Ford Falcon color verde me apuntaron y me dijeron que subiera al auto. Yo iba solo, pero en un acto de desesperación más que de valentía le saqué el arma al acompañante y el que manejaba cedió a la presión y salió. Yo también lo hice y salí. A partir de ahí me puse a gritar, se juntó mucha gente, apareció la Policía pero este grupo operativo dio algunas explicaciones y me dejaron ir. Entonces fui a la casa de mi suegro y unos cuarenta minutos mas tarde apareció un grupo de unas 20 personas en 18 entre 21 y 23. De ahí fui a parar a un campo de concentración y comenzó la lucha de mi esposa por encontrarme, ya que nadie sabía nada"

Se dice que aún falta investigarse mucho sobre la época de la última dictadura en Mercedes y lo que pasó, sobre todo sobre las responsabilidades del Regimiento 6 de Infantería en la represión. “Seguramente falta investigar, porque el área que en ese momento comandaba el entonces jefe tenía mucho que ver con la represión en esta zona. Queda mucho por hacer, sobre todo en el tema de cadáveres, gente que fue aniquilada, y uno guarda la esperanza de que estén en esta zona donde operó en ese tiempo el área 115”, comentó Benítez.

El hoy edil de Unión Pro fue consultado sobre los detalles de su detención: “Estuve en un área que pertenecía en ese entonces al Servicio Penitenciario Federal, un predio de ese organismo que estaba ubicado en Autopista Ricchieri y Camino de Cintura. Se trata de un campo de detención al que se lo conoció como ‘El Vesubio’. Estuvo hasta el año 79 ú 80, luego visito el país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el edificio fue derrumbado”, indicó.

Lo cierto es que el 29 de noviembre de 1977 a Benítez lo detienen y secuestran por la fuerza, logrando escapar de un auto en un primer intento pero siendo inmediatamente atrapado. “Venia caminando por la calle 35 casi esquina 20 y desde un Ford Falcon color verde me apuntaron y me dijeron que subiera al auto. Yo iba solo, pero en un acto de desesperación más que de valentía le saqué el arma al acompañante y el que manejaba cedió a la presión y salió. Yo también lo hice y salí. A partir de ahí me puse a gritar, se juntó mucha gente, apareció la Policía pero este grupo operativo dio algunas explicaciones y me dejaron ir. Entonces fui a la casa de mi suegro y unos cuarenta minutos mas tarde apareció un grupo de unas 20 personas en 18 entre 21 y 23. De ahí fui a parar a un campo de concentración y comenzó la lucha de mi esposa por encontrarme, ya que nadie sabía nada. Estuve detenido hasta el 19 de enero de 1978, como desaparecido. Luego fui juzgado por un tribunal militar por asociación ilícita, en el primer Cuerpo de Ejército, y a partir de ahí cumplí la condena en el Servicio Penitenciario Federal, en Ezeiza”, narró Benítez, quien pasó a ser entonces un “preso político” por cerca de unos tres años.

“Se nos juzgó de una manera parcial. Se nos acusó de asociación ilícita. Lo que teníamos era un grupo de resistencia muy local, de tipo político. Teníamos nuestro equipo de prensa, editábamos una revista que se llamaba El Cronista Popular. Estuvimos muchos meses editándolo, con varios compañeros que los distribuían. Nos oponíamos a lo que ya veíamos en ese entonces como una tragedia argentina”, agregó en su relato. “Hacíamos de cronistas, allí también estaba Javier Casaretto entre otros compañeros. El trabajo era tedioso, porque lo hacíamos primero impreso en stencil y después pasado por mimeógrafo. No existía la tecnología actual pero podíamos llegar a alrededor de 200 ediciones por tirada”, explicó Benítez y marcó que estas apariciones periódicas de esta prensa tuvieron su final abrupto con el secuestro de sus responsables.