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El viernes 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua, la forma elegida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para recordarle cada año a la humanidad la importancia del líquido elemento “indispensable e irreemplazable para el desarrollo de las diferentes formas de vida de nuestro planeta”.

A pesar de que en un 71 % de la superficie terrestre está cubierta de agua, sólo un 2% es potable, de ahí la necesidad de cuidarla y conservarla concientizando a la sociedad sobre la necesidad de un mejor uso de los recursos hídricos.

En nuestra ciudad -a fin de ilustrar sobre este tema a los más pequeños- la ONG ambientalista “SOS Hábitat” preparó en la Plaza San Martín diferentes actividades, entre ellas la exhibición de tres recipientes de vidrio, mostrando respectivamente y en este orden: agua del Río Luján previo a su llegada a Mercedes, agua del Canal de la 16, y agua de Río después del desagüe de dicho efluente industrial y cloacal.

Los frascos contaban con pequeños tubos de cobre por donde se inyectaba aire para agitar el contenido. Lo que debió ser una simple muestra visual y olfativa, reflejando el daño irreparable que sufre el Río con su drástico cambio de cristalino a amarronado, y de inodoro a pestilente… se convirtió en una prueba irrefutable de la peligrosidad de los líquidos que se escurren por el Canal.
Grande fue la sorpresa cuando, apenas transcurridas cuatro horas, el tubo sumergido en la muestra de agua del Canal de la 16 presentó inequívocas señales de haber sido atacado por un poderoso agente corrosivo. El cobre es una de los metales más resistentes a la corrosión y oxidación, sin embargo el tramo expuesto al efluente perdió su característico color rojo salmón y se tornó completamente negro por la formación de óxido cúprico. El resto fuera del líquido se vio atacado -pero en menor medida-  por los vapores emanados.

Después de décadas de análisis y estudios por parte de la justicia tratando de demostrar que el Canal de la 16 es dañino para la salud, el río y el medio ambiente en general, una simple exhibición en la plaza se lo demostraba a la comunidad en forma clara, simple e indiscutible. Ahora sólo falta que alguien haga algo para remediar el problema… esperemos que sea pronto.

* Javier Moleres es vecino de la ciudad, ambientalista, integrante de la ONG "SOS Hábitat"

 

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