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02/05/13
Luego del feminicidio de Yesica Niciforo en la ciudad de Mercedes, el colectivo “Mujeres en vuelo” está impulsando la idea de establecer en el lugar donde la asesinaron una señal, una marca simbólica para que no quede impune esa pérdida. En Argentina cada día y medio muere una mujer como consecuencia de la violencia de género. El nombre que se le adjudica a estas muertes es de feminicidio, es decir que no se lo trata como un simple asesinato sino que es algo más complejo. El feminicidio nos habla de que la mujer en cuestión ha sufrido un asesinato misógino. Por lo tanto esa muerte no fue producto de un robo, de un accidente de tránsito o de una bomba que explotó cuando estaba corriendo una maratón. Es como consecuencia de una serie de acciones de extrema humillación, hostigamiento, maltrato físico y psicológico que culmina en muerte. En síntesis el desenlace siniestro del círculo de violencia. El término fue creado por la socióloga estadounidense Diana Rusell y lo castellanizó una antropóloga mexicana Marcela Lagarde. Así escribe: “El feminicidio se conforma por el ambiente ideológico y social de machismo y misoginia, de violencia normalizada contra las mujeres, por ausencias legales y de políticas de gobierno, lo que genera una convivencia insegura para las mujeres, pone en riesgo la vida y favorece el conjunto de crímenes que exigimos esclarecer y eliminar” Feminicidio Cuando el asesinato pasa es necesario crear huellas para que no reine la impunidad. Es decir que además de hacer justicia es necesario establecer actos que modifiquen prácticas. Encarcelar al asesino es un acto necesario pero no suficiente, porque la complejidad de ese crimen, como venimos marcando, así lo amerita. En síntesis no hay feminicidio sin una cultura patriarcal que lo sustente. Por eso es importante crear prácticas que vayan disolviendo lo cultural instituido.
Si entendemos el feminicidio como un problema de violencia familiar estamos perdidos; ya que no se trata sólo de una cuestión de índole privada sino también pública. Un ejemplo que ilustre lo que venimos diciendo tiene que ver con algo que sucedió en Mexico; allí en la ciudad de Juarez el poder judicial recomendó implantar un monumento en nombre de las mujeres algodoneras que murieron en el 2001. Algo parecido está ocurriendo en Salta con respecto al caso de las dos turistas francesas. La memoria y el olvido Ponerle el nombre de alguien ilustre a una calle no garantiza nada, de hecho muchas veces pasamos por calles cuyos nombres no nos dicen nada. No interrogan nuestro quehacer sino que sólo le dan nombre a un paseo. En este contexto quiero nombrar un artista alemán que hablaba de los anti-monumentos. Recuerdo que una vez le preguntaron sobre el caso Argentino y muy cautamente recomendó no realizar monumentos o museos para los desaparecidos sino que impulsó la idea de que se pueda discutir en universidades, fábricas, escuelas y otras instituciones sobre la mejor manera de mantener viva esa lucha. Entonces el resultado no era tan importante como el proceso de construcción del mismo. La discusión era una apuesta para que la cuestión de los derechos humanos no se condene al olvido. Por lo tanto, la propuesta que tenemos en la ciudad de Mercedes, desde nuestro colectivo “Mujeres en vuelo”, un espacio de discusión con otros grupos para establecer alguna marca simbólica, alguna huella que no deje impune el feminicidio de Yesica Niciforo.
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Noticiasmercedinas.com - Actualizado 02.05.13 11:11 PM |
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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