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En diversos momentos de la historia patria se ha pretendido, y en algunas ocasiones logrado parcialmente, cercenar o acallar a periodistas o medios no afines al gobierno de turno.

Antes de recordar expresiones vertidas por el abogado y general don Manuel Belgrano en la edición del 11 de agosto de 1810 en el diario “Correo de Comercio”, repararemos en algunas tristes circunstancias que al respecto fueron vividas en nuestra ciudad de Mercedes, por lo que bien vale refrescarlas.

En los años treinta, cuarenta y cincuenta el diario “La Ley” –de notoria militancia y vocería de la UCR– vio cerradas sus puertas y más de una vez encarcelado su director, don Alfredo M. Ghiglione.

También en los años treinta por críticas fundadas a magistrados y funcionarios del Departamento Judicial Mercedes, el director de “El Oeste”, don Raúl Bustos Berrondo, terminó preso en la Unidad carcelaria nº 5, por achacarle el delito de Desacato, sumario en el que fue defendido por el Doctor Agustín Borgarelli.

En 1956 el gobierno de la Revolución Libertadora, presidido por la dupla Aramburu – Rojas, cerró el diario “Mercedes” (de clara orientación peronista) y encarceló a su director, don Ángel Siri, hasta que por sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en diciembre de 1957 ordenó la reapertura de la hoja editada en los talleres gráficos de calles 30 y 31. El Tribunal en dicha ocasión y ante reiteradas apelaciones suscriptas por el Doctor Juan Martín Guidi, sentó jurisprudencialmente la doctrina del Recurso de Amparo.

La libertad de prensa según Manuel Belgrano
Es tan justa la libertad de prensa como lo es la de pensar y de hablar, y tan injusta oprimirla, como lo sería el tener atados los entendimientos, las lenguas, las manos, los pies a todos los ciudadanos. Es necesaria para la instrucción pública, para el mejor gobierno de la nación y para su libertad civil, es decir, para evitar la tiranía de cualquier gobierno que se establezca.

Sólo pueden oponerse a la libertad de prensa los que gusten mandar despóticamente “...o los muy tímidos que se asustan con el cuco de la libertad, porque es una cosa nueva que hasta ahora no se ha visto. Pero quitarnos la utilidad de la pluma y de la prensa, porque de ellas se puede abusar, es una contradicción notoria y un abuso imperdonable de la autoridad, y es querer mantener a la Nación en la ignorancia, origen de todos los males que sufrimos. Sin esta libertad no pensemos haber conseguido ningún bien después de tanta sangre vertida y de tantos trabajos...”. (“Correo de Comercio”, ed. del 11 de agosto de 1810).

* Alejandro Francisco Mole es responsable del Archivo Histórico Judicial y secretario de "Unidad y Lealtad"

 

 

 

 

 

 

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