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19/05/13
El padre Juan Dieuzeide, preso durante la dictadura militar, hace referencia en su libro ‘De recuerdos y esperanzas’ a una frase dicha por la madre de Alfie Kelly, querido amigo y confesor asesinado en la Parroquia de Belgrano junto a otros curas y seminaristas. La señora decía: “Prefiero ser la madre de él y no estar en el cuero de una de los que lo mataron”. Alfredo Kelly, igual que el genocida Videla, fueron ciudadanos mercedinos. Pero la distancia entre ambos, como personas, es infinita. Mientras Alfie tiene hoy una calle en su memoria y para su recuerdo, Videla, en su momento, fue declarado ‘persona no grata’ por el Honorable Concejo Deliberante. En esta resolución hay una cuestión que los mercedinos no debemos olvidar: el entonces concejal Carlos Américo Selva, ahora intendente, se abstuvo de participar de la votación. Las razones aún siguen sin conocerse, pero su postura dejó mucho que desear. ¿Cómo querer amparar con su voto o abstención a alguien que violó la Constitución al tomar el poder por la fuerza, destituyendo a un gobierno elegido por el pueblo? ¿Cómo no tomar una posición clara contra alguien que es responsable de numerosos delitos de lesa humanidad y de la apropiación de 400 bebés que aún hoy siguen sin conocer su verdadera identidad? Podemos enumerar cientos de delitos cometidos por el ex general Videla en su carácter de presidente del llamado proceso de reorganización nacional, pero la distancia ya se encargó de ello y la ciudadanía en general ya sabe quién fue este siniestro personaje. Alguna vez, alguien cercano a su familia me habló de reconciliación y perdón y yo contesté que era imposible. ¿Cómo nos podemos reconciliar y perdonar a alguien que ni siquiera admite que lo que hizo está mal? ¿Cómo podemos reconciliarnos y perdonar a alguien que niega la existencia de desaparecidos, torturas, vejámenes y todas las atrocidades que durante la dictadura presidida por él se cometieron? Se han juramentado entre ellos no decir nada y hoy Jorge Rafael Videla se lleva a su tumba el destino de los desaparecidos tanto de Mercedes como los de todo el país. Se lleva a su tumba el destino de los 400 pibes apropiados durante su mandato. En uno de los actos por el día de la Memoria, Verdad y Justicia, una de las madres de un mercedino desaparecido me dijo, con toda sinceridad: “Vasco, yo no quiero homenajes, quiero saber dónde está”. Pero el ex general Videla y todos los que actuaron bajo su mando le negaron esa posibilidad. ¿Puede haber algo más perverso que esto? Por eso, desde el lugar que a cada uno nos toque, seguiremos pidiendo y reclamando por “Memoria, Verdad y Justicia”. A mí no me alegra ninguna muerte, pero siento un gran alivio al pensar que este personaje siniestro ya no va a poder seguir defendiendo las atrocidades que él y sus cómplices cometieron. Que Dios se apiade de su alma.
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Mercedes - Bs As - Argentina