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28/06/13
En estos tiempos en donde ser honesto es una cualidad casi en extinción, en estos días en que llegar al poder parece necesario hacer ostentación del mismo, quedaste lejano y casi perdido en la historia política. Y pensar que no hiciste más que lo que debe trasuntar un hombre cuando asume un cargo público, no te fuiste con lo que tenías, más, te fuiste con lo que te quedó y a trabajar junto a un amigo, sin jubilación de privilegio, en tu austeridad de siempre. Pero Don Arturo, cuando las cosas nacen desde la violencia, terminan con más violencia; y en eso estaba un grupo de insurrectos el 28 de junio de 1966, cuando el general Julio Alsogaray y le comunica al presidente Arturo Illia que está destituido. Sí, el hermano de Alvaro Alsogaray, creador de la Ucede más tarde. Arturo Illia asumió el 12 de octubre de 1963 y su primer acto de gobierno consistió en eliminar las restricciones que pesaban sobre el peronismo. Desde la Revolución Libertadora las manifestaciones de ese partido estaban prohibidas por el Decreto 4161/56, sin embargo cinco días luego de que asumiera el gobierno se realizó un acto conmemorativo por el 17 de octubre en Plaza Miserere sin limitación alguna. De la misma manera se levantaron las restricciones electorales, habilitando la participación del peronismo en los comicios legislativos del año 1965. También se levantó la prohibición que pesaba sobre el Partido Comunista y se promulgaron penalidades a la discriminación y violencia racial. Este hombre firmó los Decretos 744/63 y 745/63 que anulaban los contratos petroleros por "vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación". Esto lejos de beneficiar al gobierno lo dejaría con mala fama internacional y sumaría nuevas fuerzas, esta vez internacionales y muy poderosas, a la coalición que lo derrocaría.
Por ley 15.437 establecía que los productores de hacienda, ya sea de ganado ovino, bovino, vacuno o porcino, tenían la oportunidad de solicitar un préstamo al gobierno para incentivar las inversiones en su producción, así, la ganadería comenzó a surgir de entre las cenizas. Sin embargo, la Sociedad Rural y la Unión Industrial se habían unido en una asociación anti estatal llamada ACIEL (Acción Coordinada de las Institutos Empresarias Libres), su proteccionismo a las empresas públicas como YPF y la decisión de mantener congelados los arrendamientos agrícolas. La prensa nacional y extranjera colaboró en la campaña de desprestigio que se inició contra el presidente y los miembros de su gabinete acusados de lentitud e inactividad. Diarios como El Mundo y Crónica publicaban caricaturas en las que se veía a Illia representado como una tortuga. La CGT llevó a cabo el "operativo tortuga" que consistió en sembrar el centro de Buenos Aires con esos animalitos que llevaban pintadas en su caparazón las palabras "Illia o gobierno". El 15 de junio de 1964 se publica la Ley 16.459, del salario mínimo, vital y móvil, entró en vigencia el Consejo del Salario, integrado por representantes del Gobierno, los empresarios y los sindicatos, promovió la Ley de Abastecimiento, destinada a controlar los precios de la canasta familiar y la fijación de montos mínimos de jubilaciones y pensiones. La Ley de Medicamentos fue uno de los hitos que llevaron a las corporaciones a actuar contra Illia. La Ley 16.462, también llamada Ley Oñativia en homenaje al Ministro de Salud Arturo Oñativia, fue aprobada por todos los bloques, excepto UDELPA y la Federación de Partidos del Centro. Establecía una política de precios y de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a fines de 1963, fijando límites para los gastos de publicidad, imponiendo límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos. La reglamentación de la Ley mediante el Decreto 3042/65 fijaba además la obligación para las empresas de presentar mediante declaración jurada un análisis de costos y a formalizar todos los contratos de regalías existentes. Esta ley surge ya que los medicamentos no eran fabricados con la fórmula declarada por el laboratorio y su precio era mayor en un 1000% al costo de producción. Desde su propio partido en parte, opositores e independientes coincidieron que esta decisión política se transformó en el principio de su propio derrocamiento. En el marco de la política internacional, también tuvo sus problemas, para entonces, Estados Unidos, en el marco de la Guerra Fría, ya comenzaba a promover abiertamente el Terrorismo de Estado y la instalación de dictaduras militares permanentes en América Latina, dentro de la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional. Como primer paso de ese camino, las Fuerzas Armadas habían instalado en 1964 un gobierno militar permanente en Brasil al derrocar al Presidente João Goulart (Jango). El descontento militar se combinó con una fuerte campaña de desprestigio, impulsada por sectores económicos conservadores que criticaban duramente ciertas políticas del gobierno radical, como la Ley de Medicamentos (Ley Oñativia), la política petrolera y cierta autonomía de los Estados Unidos en la política internacional. En síntesis los militares tuvieron la tarea de ejecución de una compleja coalición derechista conformada por un grupo de poder, que en su interior contenía núcleos de carácter político - económico, agrupándose varios actores. En lo político partidos políticos hacían oposición desmesurada; la enemistad con EEUU por discrepancias ideológicas y resentimientos en la política petrolera exasperaban a los castrenses. En lo económico se hallaban empresas nacionales (prensa, medicamentos, etcétera) y multinacionales petroleras afectadas por la anulación de los contratos millonarios. La campaña de desprestigio contra el Presidente Illia y la democracia, se realizó de manera sistemática, utilizando ciertos periodistas y medios de prensa, como Mariano Grondona en Primera Plana (autor luego de los primeros comunicados militares golpistas), Bernardo Neustadt en la Revista Todo y finalmente, las de Mariano Montemayor. Para ello se recurrió a la imagen de "la tortuga", para caracterizar la gestión del Presidente como timorata y falta de energía. Simultáneamente se resaltaba la personalidad de los militares, especialmente del General Juan Carlos Onganía, contraponiéndolo con la imagen de los políticos, alentándolos a intervenir como “salvaguardas de la patria”. Tomaron el poder por asalto y le anunciaban a los argentinos que no tendrían plazos para devolver la democracia. Como vemos la represión no comenzó a partir de marzo de 1976, el miedo a lo que consideraron demasiada libertad, que se permitiera el retorno del peronismo, justificó el golpe faccioso, con la ayuda de algunos sectores sindicales, la iglesia, el empresariado y la opinión de algunos escribas de la época. Y así se fue, un político ejemplar, por su honestidad y hombría de bien, rodeado por sus colaboradores bajó por la escalera hasta la planta baja, cruzó por la entrada y se dirigió a la calle, y como no disponía de vehículo porque lo vendió durante su presidencia abandonó el lugar en un taxi. Cualquier parecido con los de hoy día, avisen… El 11 de agosto los ciudadanos sufragan… no robó… pero igual hizo.
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