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13/09/16
Opinión: El “ataque espacial” no se ha detenido El asteroide Bennu, y un ancestro en Nicaragua (el Cráter de Sacramento). El daño que le hacemos al planeta puede tener su “venganza planetaria”. Un asteroide podría chocar contra la Tierra a finales del siglo XXII. Por Miguel Palma
Recientemente la comunidad científica internacional demostraba su preocupación por un asteroide que, de impactar contra nuestro planeta, provocaría muerte y destrucción aunque solo a escala local. Este tipo de “bombardeo cósmico” ha sido muy común en la historia primigenia de la Tierra, y sirvió para modelar la corteza inicial que dio inicio a la evolución del planeta. Este “ataque espacial” no se ha detenido, y continúa en tiempos históricos, teniendo como un “hito” haber contribuido a la extinción de los grandes reptiles (dinosaurios) para que comenzara la evolución de los mamíferos que llega hasta nuestros días. Trabajos de campo que tuve que realizar en Centroamérica me llevaron directamente en la zona de Sacramento a identificar este “Astroblema” (cráter producido por un meteorito) de dimensiones considerables (15 km x 15 km), y de impacto reciente. Este cráter y numerosos más que se están descubriendo en la superficie de la Tierra nos lleva a repensar que todo el daño que le estamos haciendo al planeta puede tener su “venganza planetaria” a través de un fenómeno de esta naturaleza. El asteroide Bennu, que podría chocar contra la Tierra a finales del siglo XXII, mide unos 500 metros de diámetro, viajando alrededor del Sol a una velocidad de 101.389 kilómetros por hora. Para tranquilidad de los lectores se considera que este asteroride no es tan grande como para plantear una amenaza existencial a la humanidad. Y para intranquilidad de los nicaragüenses, el “Cráter de Sacramento” podría estar indicando una cierta afinidad de los cuerpos celeste erráticos para aterrizar por estos lugares.
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