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20/09/13
El ‘Plan Nacional de Desarme’, que llegó por iniciativa del Frente Mercedino para la Victoria y tenía previsto finalizar este viernes, permanecerá en la ciudad una semana más: la decisión la tomaron los responsables del RENAR, luego de que la entrega voluntaria de más de 40 armas de fuego superara sus expectativas. “Las visitas fueron creciendo a medida que pasaron los días y creemos que, ya conocido el sistema, si extendemos la permanencia del puesto móvil vamos a alcanzar una cifra más importante”, explicaron. El puesto seguirá entonces hasta el viernes en las instalaciones de los Bomberos Voluntarios, en calle 22 entre 17 y 15, siempre de 8 a 13. “Nos pone muy contentos el éxito cosechado esta semana y la decisión de quedarse unos días más en Mercedes para que toda la gente interesada pueda venir a hacer entrega de su arma”, dijo el primer candidato a concejal por el Frente Mercedino para la Victoria, Juan Ignacio Ustarroz. El puesto móvil del ‘Plan Nacional de Desarme’, creado en 2007 por el entonces presidente Néstor Kirchner y ahora integrado al programa Ciudades Seguras del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y la Secretaría de Asuntos Municipales del Ministerio de Interior y Transporte, llegó a la ciudad el lunes, cuando fue presentado por el director del RENAR (Registro Nacional de Armas), Matías Molle; el propio Ustarroz y los concejales del FMpV Juan Pablo López Baggio, Roberto Cirillo y Celeste Burone. “Queremos atacar la inseguridad desde todos los aspectos para recuperar la tranquilidad en Mercedes, para vivir mejor y más seguros. La llegada de este plan fue parte de las acciones que desarrollamos en ese sentido, del mismo modo que gestionamos las cámaras para los accesos a la ciudad o el trabajo sobre un mapa del delito”, contó ‘Juani’. La actividad con los alumnos de este viernes estuvo coordinada por otro de los candidatos a concejal del Frente Mercedino, el ciclista Darío Oliva; el responsable de la Comisión de Deportes del espacio político que conduce Ustarroz, Fabián Brandoni; y los encargados del programa. Entre todos les contaron a los chicos las líneas generales del plan de desarme y luego hicieron el canje de juguetes bélicos por juegos didácticos, muñecos y autitos, entre otros. Además, con las pistolas de juguete, realizaron una demostración de lo que se hace con las armas de verdad: se las inutiliza a través de una prensa. En la presentación del programa, Matías Molle había explicado: “Según diversos estudios, más del 60% de las muertes por armas de fuego se producen en situaciones de conflictos interpersonales. Es decir, entre 6 y 7 muertes de cada 10 producidas por armas de fuego se dan en discusiones familiares, entre amigos, en peleas callejeras. Es por eso que trabajamos en la reducción de armas en la sociedad, ya que ello se traduce en una reducción de las víctimas por armas de fuego”. Molle recordó que el Plan Nacional de Desarme fue implementado en 2007 por decisión del entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner; cuenta con el apoyo de organizaciones sociales y civiles que impulsan políticas de reducción del circulante de armas; y se transformó en una experiencia reconocida internacionalmente, al punto de tomarse como modelo y referencia en otros países de la región. Ahora, en el marco del programa Ciudades Seguras, la idea es que llegue a todos los rincones de la Argentina, sumando en los puestos móviles actividades de sensibilización y charlas con los vecinos. “El plan está elegido como candidato para un importante premio que entregará dentro de unas semanas Naciones Unidas. Más allá de ser o no los ganadores, la nominación en sí habla de la eficacia del proyecto. Nos pone realmente orgullosos”, contó Molle. El plan consiste en la entrega voluntaria y anónima de armas de fuego a cambio de un incentivo que va de los $ 200 a los $ 600, según tipo y calibre. En el momento de la entrega se toma el número de serie del arma, tipo y calibre con el fin de cotejar estos datos con el registro existente. Las armas con procesos judiciales pendientes son separadas y quedan sujetas a los procesos administrativos correspondientes. Una vez entregadas, las armas son inmediatamente inutilizadas, para luego ser destruidas en un acto público. El material resultante de la destrucción se funde, se vende y se dona el dinero de la recaudación a la Fundación del Hospital pediátrico Garrahan. A nivel nacional, a través de este programa, ya se recuperaron más de 148 mil armas y más de un millón de municiones. El Estado ya destruyó 135.443 armas provenientes de la entrega voluntaria y de causas judiciales. La política de destrucción busca eliminar las armas de fuego y evitar su regreso al circuito para ser utilizadas en situaciones violentas.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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