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30/09/13
En los últimos años hemos escuchado hablar de “seguridad jurídica” hasta el hartazgo, y principalmente de parte del empresariado, sea éste industrial, comercial o agropecuario. ¿Y de que hablamos cuando pedimos “seguridad jurídica”, estimado Vea? Es nada más y nada menos, (seguro Usted lo conoce mejor que yo) que la certeza del derecho que le asiste a cualquier individuo y que el Estado debe garantizar; en cuanto a su persona, sus bienes y además sus derechos no sean violados. Vea también que entre los derechos que tiene un ciudadano está el del trabajo digno, y ajustado a derecho. Es un principio universal reconocido del derecho y protege al individuo ante posibles modificaciones imperativas y que no cumplan con los procedimientos legales correspondientes y además debidamente publicados. Por todo esto es preciso significar que los trabajadores son individuos con los mismos derechos que aquellos que reclaman por su seguridad jurídica pero que al primer tropezón utilizan a este, como variante de ajuste. Vea amigo, ¿me entiende?
Esto se denomina, aquí y en cualquier parte del mundo, precariedad laboral, que hoy por hoy es la forma moderna de esclavizar a la persona trabajadora, lo acorralan en la inseguridad, la incertidumbre y en definitiva la falta de garantías en las condiciones laborales. En estos 60 días antes de las elecciones de medio término, estamos notando de parte de ciertos sectores un nerviosismo que en nada colabora a la pacificación de la Nación. Que dicho sea de paso bastante vapuleada está. Despedir trabajadores con el fin de achicar costos laborales es reconocer que han sido serviles al poder de turno (y muchas de estas cadenas negociaron y mintieron a espalda de sus empleados como de sus clientes), y sí, defienden sus intereses económicos con sumo egoísmo. Ni chistaron cuando no podían hacer ofertas públicas (diarios), ¡ah… perdón… ellos mentían… como ustedes, pero tampoco se los vio hacer una crítica sobre el INDEC. Arreglaron precios y escondieron mercaderías a sabiendas de que nadie los controlaría. Fueron cómplices, esperando agazapados apenas un atisbo de debilidad para saltar al otro corral que es la otra cara de la misma moneda, pero claro… por ahí les posibilita seguir bicicleteando al cliente y al más débil de la cadena que son los trabajadores. Allí convergen la UIA, coquetea la mesa de enlace y parte de la CGT. La inflación, a la que ustedes las cadenas de supermercados y ciertos empresarios contribuyeron grandemente, es el asalto con guante blanco al bolsillo de las familias, y sin embargo no se escucha sugerir reforma alguna del Código Penal ante estos delitos, pero sí para los menores de 16 años y dentro de dos años la masa etaria bajará parece, a los 14 y por las dudas, no bien empiece a caminar una criatura, pasará a ser sospechoso vaya uno a saber de qué. Mejor dicho ese pibe no pudo ver a su abuelo, ni a su padre, tener un trabajo estable, deambularon de cooperativa en cooperativa las que sirvieron para salir de la emergencia en su momento, si aquella que los liberales dejaron en los 90, la del 1 a 1, ¡y si vuelve…! ¿Qué le hace una mancha más al tigre? Entonces no le pidamos peras al olmo. Ah, señor Vea, le aviso, seguimos en emergencia ya que se aprobó el presupuesto 2014 y sigue vivita y coleando la misma emergencia del 2003, por todo esto, dejemos que los laburantes sigan laburando tranquilos, por esto del consumo vio… si ellos no producen, no comen, se para el consumo, y sabe son cada vez más.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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