En el sepelio del doctor Cesar Manuel Gradín, efectuado el día 10 de octubre de 2013 en el Cementerio de la ciudad de Mercedes, el señor Vicepresidente Primero del Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Mercedes, doctor Roberto Luis Bigatti, ante familiares, amigos, colegas, y personal del Colegio, dio lectura a las siguientes notas, a modo de despedida de uno de los más preclaros abogados y dirigente colegial de todos los tiempos:
  
 
UN ADIOS A LA DISTANCIA
 
Aquí, a la distancia la pena se hace más grande y el dolor más intenso. Ha querido el destino que en esta lejana Ushuaia recibiera la noticia que me ha quebrado el alma.
 
Recordar a César es también recordar una parte hermosa de mi propia vida por tantos momentos compartidos desde aquella vez que tuve el honor de ocupar su lugar en nuestro querido Colegio.
 
Recordar a César es recordar a quien me prestó sus ojos y me tendió su mano para que yo pudiera empezar a transitar el apasionante pero difícil camino de la dirigencia colegial.
 
Vienen a mi memoria infinidad de charlas, de cafés compartidos a lo largo y a lo ancho del país, donde supo transmitirme consejo y opiniones, pero fundamentalmente su pasión por la colegiación y su amor por nuestro Colegio, su lugar en el mundo.
 
¿Qué podría haber hecho yo sin su ayuda generosa, sin su guía y sin su aliento? César me abrió puertas, me acercó miles de manos para estrechar, me llevó a lugares donde yo nunca hubiera podido llegar, pero por sobre todo estuvo a mi lado cada vez que lo necesité.
 
Recordar a César es recordar a un grande de la abogacía Argentina, que supo ganarse el respeto desde su entrega sin límites, desde su compromiso militante en la defensa del libre ejercicio profesional y en la búsqueda de una justicia más eficaz e independiente.
 
Todas las Instituciones de la colegiación del país guardan y lucen orgullosas una parte de César, porque las defendió y las ayudó a crecer y a fortalecerse a partir de su ética y su ejemplo en todo tiempo y lugar.
 
Recordar a César es recordar también a un abogado de corazón, que llevaba en la sangre el placer por abogar, por patear los pasillos, por estar horas y horas en su estudio y por defender con uñas y dientes a quien requería sus servicios de prestigioso letrado.
 
Qué puedo hacer desde aquí, desde esta lejana Ushuaia sino decirle gracias por todo lo que me regaló a través de su acción y su amistad. Seguramente de regreso en Mercedes, lo encontraré como siempre en cada rincón del Colegio y recorriendo  Juzgados, saludando a todos con la eterna mirada de los grandes hombres.
 
DR. HORACIO ALBERTO VERO
Presidente del Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Mercedes

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