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20/12/13
El diputado nacional por el Frente para la Victoria, Eduardo de Pedro, dijo que, durante el 19 y el 20 de diciembre de 2001, “todos los argentinos sintieron la necesidad inminente de salir a reclamar para realizar reformas profundas”. De esta manera, el legislador habló con la agencia de noticias Télam sobre los 12 años que se cumplen de aquella histórica manifestación producida en el país luego de que el ex presidente Fernando De la Rua declarara el estado de sitio. Haciendo un repaso sobre la coyuntura de aquel momento, el militante e integrante de la mesa de conducción de La Cámpora sostuvo: "Nuestro país se encontraba vaciado, manejado por la corporación mediática y los grupos económicos. Los mismos que hoy día intentan intervenir en la vida democrática desde las sombras". En referencia a esos sectores, De Pedro -quien fue detenido ilegalmente y golpeado durante las manifestaciones de 2001- afirmó que "hoy no son parte en la toma de decisiones que hacen al destino de nuestra Nación" y añadió que "los operadores quieren demostrar cierto desinterés por participar de la vida pública". El legislador hizo hincapié en el rol que la juventud pasó a ocupar en la política a partir de esos hechos y dijo que esa generación "no se imaginaba que años después iba a ser interpelada por quienes resultaron los mejores estadistas de la Argentina, Néstor Kirchner y Cristina". "Pueblo, militancia y política se dieron la mano para sacar a la Argentina adelante", sintetizó. "El desafío es seguir profundizando la democracia", enfatizó De Pedro, y llamó a que "nunca más la historia vuelva a ser escrita por las ambiciones de grupos minúsculos". El diputado del FpV señaló que otro de los desafíos actuales "es que esa plaza heterogénea del 2001, con alto nivel de compromiso social, se una más allá de las diferencias políticas y trabaje en conjunto por un país que sea cada día un poco más justo". Las manifestaciones que se desataron durante los días 19 y 20 de diciembre del año 2001 fueron reprimidas ferozmente por las fuerzas de seguridad en todo el país dejando un saldo de 36 muertos. La desocupación que ascendía a más del 21% fue uno de los orígenes de los saqueos iniciados en Concepción del Uruguay, ciudad que entonces sufría el mayor grado de indigencia.
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