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11/02/14
“Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás sino en levantarnos cada vez que caigamos” Confucio. Por Susana Spano Hace aproximadamente un año conocí a Diego Lecuona. Me impresionaron de él su férrea voluntad y su espíritu de lucha, acompañados de una gran modestia. Poco a poco, a través de distintos reportajes tomé noción de su amor por lo que hacía y su gran pasión: participar en el Rally Dakar. Como todos saben, quien escribe esta nota no es especialista en deportes, ni desea apropiarse de un campo que no le pertenece; sin embrago sentí la necesidad de destacar el otro lado de la historia, el de quien, pese a todo lo que luchó y sacrificó para llegar a la competencia soñada, lo arriesgó todo por salvar una vida. Las competiciones muchas veces pueden hacer olvidar a quienes participan en ellas las más elementales normas de convivencia, sin embargo Diego antepuso la posibilidad de la gloria tan ansiada por hacer lo que se debe. En este mundo tan incierto en el que vivimos todos los días, donde infinidad de noticias negativas llenan páginas y ocupan pantallas de TV, contar esta historia, a través de su protagonista, me pareció el mejor homenaje que podemos rendirle a este joven que no conquistó el podio pero igual logró la gloria. ¿Cuál fue la causa real de tu abandono del circuito? D. L.- Fue una carrera de menor a mayor. No pude largar en el tiempo oficial porque tuve un problema mecánico eléctrico en mi cuatriciclo y por ese motivo largué una hora y media más tarde, entre medio de las camionetas y soportar la tierra y el polvo que tiran esos vehículos. ¿Qué sentiste cuando te encontraste solo y perdido, en medio de la Cordillera? D. L.- Desde chico, como te decía, estuve en contacto con la montaña, en Merlo (San Luis) escalaba, hacía mountain bike, así que nunca tuve miedo. Pero si alguna vez cruzaste la Cordillera por un camino imagínate lo que es hacerlo a campo traviesa, sin ningún camino. Hay que seleccionar la huella, evitar algunos animales autóctonos peligrosos, pero te digo que lo disfruté. Algunos diarios nacionales dijeron que estabas en desacuerdo con la decisión que tomó la organización para descalificarte, ¿fue así? D. L.- No, la carrera está organizada por una organización europea y como tal son muy exigentes en lo que hacen y, aunque va en contra de mi resultado en la carrera, entiendo cuál fue la decisión al no haberme dejado largar. A los comisarios deportivos, que están puestos en un determinado punto, los tiene que levantar un helicóptero y llevarlos a otra provincia para la llegada. Uno está dentro de un reglamento y, aunque sea doloroso, hay que acatarlo. ¿Cuál fue la reacción de tu equipo cuando te descalificaron? D. L.- El referente de nuestro equipo, Daniel Mazzucco, consiguió su tercer título al ganar la categoría Cuatro por Cuatro. Él me dijo que mi desempeño había sido muy bueno. Me preguntó cómo me había sentido. Le dije que muy bien, el cuatriciclo quedó perfecto, no rompí ni una cubierta, ni corté una correa y excepto el problema inicial que fue eléctrico todo fue bien; nunca me sentí desesperado o sobrepasado por nada, sólo el tema de la descalificación sobre el que hice mi descargo en la organización. El equipo, en general me alentó y me dijeron que siempre hay revancha. ¿Qué fue lo que más te impresionó de la competencia? D. L.- El fervor de la gente. Cuando salimos de Rosario, hasta Villa María, era un túnel humano; al llegar a Merlo las banderas, los gritos de aliento, no se puede describir lo emocionante que fue ver ese espectáculo. En momentos difíciles, como en las dunas del Nihuil, había mucha gente arriba, alentando para que siguiéramos. Te digo que en esos momentos difíciles el apoyo del público es impresionante la fuerza que te da. ¿Cuáles son los proyectos para este año? D. L.- Se habló en el equipo de hacer cuatro carreras sudamericanas; el haber estado en el Dakar nos da el puntaje y la chance para participar de fechas mundiales, del Dakar Series. Empezaremos con Ruta 40, en Argentina, que se hará de sur a norte: salimos de Bariloche, en abril. En junio se va a correr el Dakar Series en Paraguay, que se denomina “Desafío Guaraní”; luego el Desafío Inca, en Perú y el Rally dos Sertöes en Brasil. Estas carreras sudamericanas son muy duras, casi todas duran siete u ocho días, salvo la de Brasil que es de quince, y esto nos va a permitir un entrenamiento y puesta a punto excelente para llegar muy bien al ansiado Dakar 2015, al que llegaremos con mucha más experiencia. ¿Cuál es tu evaluación final sobre lo que viviste en el Dakar 2014? D.L.- El objetivo no se cumplió pero de todos modos se armó un gran equipo que está fuerte y con ganas de seguir y traer el ansiado triunfo para Mercedes, donde tanta gente me brindó su apoyo. La idea es cumplir con esto y estar en el próximo Dakar para llegar al podio.
Con la fuerza y la voluntad que lo caracterizan no dudamos que Diego Lecuona lo logrará, porque los que tienen sueños y luchan por hacerlos realidad, invariablemente están destinados a triunfar.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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