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23/02/14
El papa Francisco creó este sábado cardenal a Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, y a otros dieciocho purpurados del mundo, en el marco de una ceremonia en la basílica de San Pedro a la que asistió el papa emérito Benedicto XVI. El pontífice argentino le entregó el capelo y el anillo cardenalicio a su compatriota y sucesor en la sede primada. Francisco también le confirió la diaconía de San Roberto Belarmino, titularidad de una iglesia de Roma, la misma que tenía él como cardenal. Al dirigirse a los nuevos cardenales, Francisco recordó que “Jesús no vino a enseñar una filosofía, una ideología, sino una vía, un camino y la calle se aprende caminando”. Uno de los argentinos que estuvo en la comitiva oficial como invitado a la ceremonia fue Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes – Luján. Según consignó la Agencia AICA, al dirigirse a los nuevos cardenales, Francisco recordó que “Jesús no vino a enseñar una filosofía, una ideología, sino una vía, un camino y la calle se aprende caminando”. “Si prevalece la mentalidad del mundo prevalecen rivalidades, envidias y las facciones”, advirtió. Francisco sostuvo que la Iglesia “necesita de su compasión, sobre todo en estos momentos de dolor y sufrimiento en tantos países del mundo'' y expresó “cercanía espiritual a las comunidades eclesiales y a todos los cristianos que sufren discriminación y persecución”. “La Iglesia también necesita de nosotros para que seamos hombres de paz y construyamos la paz con nuestra obras, nuestros deseos, nuestras oraciones; por ello imploramos la paz y la reconciliación de los pueblos que en estos tiempos sufren la prueba de la violencia y de la guerra”, subrayó. En ese marco, Francisco abrazó a Benedicto XVI, quien se ubicó en la primera fila, al lado de los puestos de los miembros del Colegio Cardenalicio. Benedicto XVI recibió un saludo "con afecto y veneración" del Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, quien además dijo, en medio de aplausos, que "estamos encantados de su presencia ente nosotros". Además del purpurado argentino, otros cinco latinoamericanos recibieron el capelo rojo: son los arzobispos de Managua (Nicaragua), Leopoldo José Brenes Solórzano; de Río de Janeiro (Brasil), Orani Joao Tempesta, y el arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati Andrello; el arzobispo de Les Cayes (Haití), Chibly Langlois, y el arzobispo emérito de Castries (Santa Lucía), Kelvin Edward Felix. El obispo de Roma también entregó el birrete cardenalicio al arzobispo de Uagadugu (Burkina Faso), Philippe Nakellentuba Ouédraogo; al arzobispo de Cotabato (Filipinas), Orlando Quevedo; al arzobispo de Abiyán (Costa de Marfil), Jean-Pierre Kutwa, y al arzobispo de Seúl (Corea del Sur), Andrew Yeom Soo Jung, entre otros. Todos estos provienen de zonas periféricas, y sus sedes episcopales tradicionalmente no eran revestidas con la mayor dignidad eclesiástica. En tanto, la delegación argentina que contempló la ceremonia estuvo compuesta por el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el padre Juan Molina, titular de la Sedronar; monseñor Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes - Luján, y el embajador en la Santa Sede, Juan Cafiero.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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