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03/05/14
Un nuevo testimonio que por repetido no aburre, sino que hastía, pero no por quién lo dice sino por lo que cuenta, algo ya difícil de definir con palabras nuevas, pero quien lo narra lo intenta. “Crimen” es el sustantivo que encontró el ambientalista Javier Moleres esta vez para describir lo que vio en el río Luján. A pocos meses de la alarma que disparó una blanca y densa espuma sobre el cauce de agua, que motivara la intervención de funcionarios de la comuna y de la provincia, otra vez se pudo constatar lo mismo en la lluviosa jornada de este sábado. El río no tiene respiro. Moleres sitúa su testimonio en el Parque Municipal, este 3 de mayo de 2014: “Son las 18:30 horas de una tarde gris envuelta en un espeso manto de nubes, y están comenzando a caer las primeras gotas. Como ya es característico, en estas condiciones climáticas el Río Luján luce una vez más cubierto por un grueso colchón de espuma blanca que flota en su superficie. Dicha desagradable e indignante “anomalía” –que de ningún modo se puede atribuir a causas naturales– comenzó a notarse en mayor grado a mediados del pasado mes de enero. En esa ocasión, el personal de la Dirección de Salud y el Departamento de Saneamiento Ambiental extrajo muestras del río, de sus afluentes, de canales pluviales, y de las bocas de monitoreo de establecimientos industriales. Con esas tomas realizaron luego análisis en el Laboratorio Municipal y en uno privado. La conclusión a la que llegó el Municipio una vez finalizados todos los estudios, fue que la espuma se debía a la presencia de una “sustancia tensioactiva espumante” y que no le correspondería ninguna responsabilidad a empresas radicadas en el partido de Mercedes, sino que provendría del desagote clandestino de un camión atmosférico… algo que suena poco convincente porque un vuelco de ese tipo, de hacerlo “aguas abajo” de la ciudad, el culpable tendría la seguridad de no ser descubierto jamás por nadie”, indicó Moleres. “Pero la espuma sigue apareciendo, cada vez con más asiduidad, coincidiendo casi siempre con las amenazas de mal tiempo, como si alguien apostara a que las lluvias posteriores limpiarán la escena del crimen. Porque eso es de lo que hablamos: de un crimen, un verdadero crimen contra la salud de la población y contra el ambiente, la naturaleza, el entorno en que vivimos… o como quieran llamarlo. También es un crimen económico, porque impide a los mercedinos desarrollar su perfil turístico, aprovechando el río en actividades náuticas, el hermoso balneario jamás utilizado y la extensa costanera hoy abandonada y cubierta de basurales”, agregó. “Exigimos que él o los responsables de semejante atropello sean desenmascarados y se le apliquen las sanciones correspondientes, exigimos que se comience de una vez por todas a trabajar en serio en favor de la salud y en defensa de nuestro patrimonio natural”, completó, en este sentido, el ambientalista Javier Moleres, integrante de la asociación civil SOS Hábitat.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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