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04/07/14
Uno de los que fue parte del homenaje a los sacerdotes palotinos asesinados en 1976 esta mañana, en la Parroquia San Patricio de Mercedes, fue el arzobispo de Mercedes – Luján, monseñor Agustín Radrizzani, quien al término del acto realizó algunas reflexiones a pedido de este medio. Radrizzani destacó “la alegría de que este motivo tan fuerte para la iglesia y la sociedad argentina se ponga en evidencia para poder recuperar la memoria y lograr la justicia que todos esperamos”, en referencia a los padres Alfredo Leaden, Pedro Duffau, Alfredo Kelly y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, que el 4 de julio de 1976 fueron asesinados en la iglesia San Patricio del barrio de Belgrano, en Capital Federal.
“Es importante el sentido que dio Tom al acto, que dijo que al principio tuvo bronca y luego se dio cuenta de que con la bronca se hacía daño a sí mismo. Yo tengo que aceptar que gente pueda estar pensando de manera diferente a lo que yo pienso, pero juntos nos tenemos que ayudar los unos a los otros para poder sacar la Argentina adelante. Eso es lo que nos invita continuamente el Papa Francisco. El hecho de que piensen diferente a mí no me destruye sino que me enriquece. Y eso puede provocar entre todos una verdadera comunidad”, reflexionó Radrizzani. De esta manera, Radrizzani considera que estos mártires son ejemplo para aquellos que se van formando en los seminarios como para quienes ejercen el sacerdocio: “Es una huella que se va trazando. Como los primeros cristianos tenían un amor y una devoción especial por los mártires, también nosotros por aquellos que han dado testimonio y derramado su sangre, por el bien del prójimo y por amor al Evangelio, es un ejemplo de vida no sólo para los sacerdotes que ya tenemos varios años sino también para las nuevas generaciones”.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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