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Desde el Partido Comunista local y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre de Mercedes dieron a conocer su parecer en el marco de la disputa que se da entre el Gobierno Comunal y los integrantes de la Comisión Municipal por la Memoria, por la que unos dicen que el organismo está acéfalo y otros sostienen que todo está en regla y reclaman los insumos necesarios para su funcionamiento.

“Hace unos meses, producto de un acuerdo entre el Gobierno Nacional y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se decidió disolver el Instituto Espacio para la Memoria (IEM) y transferir su funcionamiento a la órbita del Estado Nacional. El IEM era un espacio autónomo destinado a promover y proyectar las políticas de Memoria y Derechos Humanos en Capital y el resto del país. Si bien desde el Partido Comunista destacamos los avances en la políticas de Derechos Humanos y memoria y la consecuencia con el pedido de Juicio y Castigo para los culpables y cómplices de los delitos de Lesa Humanidad llevados adelante en la última década, junto a otros organismos de DDHH rechazamos la medida de pasar al ámbito del Estado el funcionamiento de éstas Comisiones porque estamos convencidos de que las políticas a desarrollarse en materia de Memoria y Derechos Humanos no pueden estar sujetas al Gobierno de turno, sea de la orientación que sea”, sostienen desde el PC local.

“En Mercedes hace 10 años se creó la Comisión Municipal por la Memoria, y hace un tiempo somos testigos de un tironeo político por ver quién maneja la Comisión y varias actividades internas que no son fruto de un proyecto con un objetivo claro, sino actividades individuales llevadas a cabo desde distintas agrupaciones políticas”, agregan.

“Desde el Partido Comunista hacemos un llamado y proponemos la creación de una Comisión autónoma e integrada por familiares, amigos y personas interesadas en la promoción de políticas destinadas a la difusión de la Memoria y los DDHH, pero fuera de las luchas políticas partidarias, más allá de la militancia particular de sus integrantes. La política de DDHH es algo muy delicado para tomarlo como un botín político entre agrupaciones partidarias y lejos de eso, debe permanecer inmune ante los cambios de orientación política de los gobiernos, ya que la Memoria y los DDHH son universales y patrimonio de todos”, afirman.

“Los organismos de derechos humanos deben ser autónomos para evitar ser utilizados políticamente. Imaginemos solamente por un momento el poder de acción acotado que puede tener un organismo oficial de DDHH ante un eventual gobierno con nostalgias del proceso”, destacan y bregan por “una Comisión por la memoria y los DDHH autónoma e independiente”.

 

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