La rotura de un caño cloacal en la esquina de 58 y 17, que termina arrojando aguas servidas al zanjón a cielo abierto de la calle 15 y además afectó directamente a varias viviendas durante la inundación ocurrida la semana pasada, está contaminando varios barrios de la ciudad, según denunciaron vecinos de la zona.
 
Los propios vecinos se están organizando para llevar adelante reuniones a partir de este lunes y analizar las gestiones que se harán ante la Municipalidad.
 
La situación fue descubierta por Gustavo Panessi, quien vive en 25 entre 66 y 68 (barrio Peñaloza): “El sábado, al levantarme, advertí un olor nauseabundo muy fuerte. Primero pensé que era un problema en mi casa, pero cuando salí a la calle me di cuenta de que era en toda la zona. Por eso agarré la motito y empecé a seguir el agua”, relató.
 
Así fue que llegó hasta el problema: la explosión literal de un caño cloacal sobre la calle 58, ahora convertido en una cascada de desechos a la vista. “Acá hay un problema de obturación y de falta de mantenimiento evidente. La tapa del caño cloacal se rompió, inundó con aguas servidas varias casas de esa esquina y a la vez está vertiendo en el zanjón de la calle 15, que es un desagüe pluvial”, contó.
 
Panessi siguió el camino del zanjón que corre a lo largo de la calle 15, dobla a la izquierda en la 64 y vuelve a girar a la derecha en 19 para desembocar en el río.
 
“Un día vino la Municipalidad y cavó una pequeña canaleta, a través de un baldío, por la 64 hasta la 25. No sabemos para qué, porque el desborde del zanjón, que ya traía residuos cloacales por este problema, anegó todos estos barrios justamente por esa canaleta. Y acá son pocos los que tienen agua corriente, la mayoría sacamos de pozos, por eso tenemos miedo ante la posible contaminación de las napas”, añadió el vecino.
 
“El olor es tremendo, sobre todo a la mañana y a la noche”, contó Panessi. Y concluyó: “Ya no queremos perder el tiempo hablando de las cosas que no se hicieron. Queremos que se hable de lo que se debe hacer, y efectivamente hacerlo. Se necesita mantenimiento, más limpieza. Hace 20 años que vivo en este barrio y nunca nos habíamos inundado, así que algo falló más allá de que la tormenta fue muy fuerte y del desborde del río”.

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