Ha salido publicado en el último número de la revista Ameghiniana (de la APA, Asociación Paleontológica Argentina), una nota sobre el excepcional hallazgo de pelos fosilizados.
El trabajo fue realizado por integrantes del Museo Carlos Ameghino y la Asociación Amigos de este Museo.
El equipo técnico del Museo Municipal Carlos Ameghino y de la Asociación de Amigos del Museo, a través de una publicación científica en la prestigiosa revista Ameghiniana acaba de publicar el primer hallazgo, a nivel mundial, de pelos fósiles de glosoterio, (perezoso gigante que habitó esta región hasta hace 8.000 años).
El espécimen fue recuperado en la cantera del arroyo Balta y analizado también por personal y colaboradores de la institución mercedina. Los autores del trabajo son Héctor Arzani, Sonia Lanzelotti, Gabriel Acuña Suárez y Nelson Novo.
Parte del artículo relata:
El espécimen analizado, catalogado como MCA 2014, forma parte de la colección del Museo Municipal de Ciencias Naturales “Carlos Ameghino” (MCA) de la ciudad de Mercedes y fue asignado a Glossotherium robustum. Corresponde a un cráneo y mandíbula completos, el 70% del esqueleto post-craneano y un conjunto aproximado de 3170 osteodermos, algunos de ellos aún en su matriz sedimentaria.
El espécimen fue recuperado en la temporada 2001–2002, en el marco de las tareas de rescate paleontológico realizadas por personal del MCA (Petrocelli, 2002) en una cantera de tosca ubicada en la margen izquierda del Arroyo Balta (34°38′39,6″S y 59°17′59,9″O), 3000 m antes de la desembocadura de éste en el río Luján, provincia de Buenos Aires, Argentina (Fig. 1). El fósil afloraba a 2,5 m por debajo de la superficie actual, en sedimentos correspondientes al Miembro Guerrero de la Formación Luján (Fidalgo et al., 1973) (para una discusión sobre la evolución histórica y vigencia de la nomenclatura estratigráfica aplicable a la cuenca del río Luján véase Blasi et al., 2009; Toledo, 2011), asignables al Pleistoceno Tardío (Tonni et al., 2003b).
Los restos óseos fueron limpiados con agua, a excepción de tres bloques de sedimentos con osteodermos, uno de ellos correspondiente a la parte dorsal del cráneo, que fueron preservados para futuros análisis.
Se realizaron observaciones macroscópicas a ojo desnudo y con lupa de bajo aumento (6x), que permitieron reconocer la presencia de material no óseo (al que denominamos “adherencia”) adherido a algunos huesos del esqueleto apendicular y osteodermos, sobre el cual se identificaron pelos e improntas de pelos. Se registró el patrón de distribución de las adherencias para evaluar posibles explicaciones acerca de su origen y se seleccionó un subconjunto de osteodermos con adherencias para realizar estudios de mayor detalle. Estas muestras fueron tratadas con ácido clorhídrico para descartar presencia de carbonatos. Se utilizó una lupa binocular (marca Leica, hasta 40x) y el microscopio electrónico de barrido (MEB) del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.
Se definió el patrón cuticular de los pelos observados utilizando la terminología clasificatoria de Quadros y MonteiroFilho (2006) y se realizaron comparaciones con patrones cuticulares de pelos de xenartros actuales (Baca Ibarra y SánchezCordero, 2004; Juárez et al., 2007; Pech-Canché et al., 2009).
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