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“Que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca…”. Pareciera que esta estrofa de la preciosa canción de Joan Manuel Serrat define de alguna manera la agenda que pretende marcar el oficialismo nacional.

Todos hemos escuchado alguna vez que el kirchnerismo nos devolvió la política, o que se volvió a hablar de política gracias a Néstor y Cristina. Me permito discrepar con esta afirmación que se ha convertido en un mito, que como tal, está formado por un relato imaginario.

Cuando se habla de política, fútbol o religión hay tantas opiniones como personas que integren el diálogo, y siempre hay distintas formas de pensar o sentir que se exponen, se discuten, se intercambian, que enriquecen a quienes queremos compartir en esas charlas nuestros puntos de vista.

El kirchnerismo nos ha querido imponer una sola forma de ver la política, y con el tiempo se ha transformado en una sola forma de ver la realidad. Tanto se ha querido imponer una única forma de pensamiento que ya no se habla de ello.

Quienes honramos como valor la familia o la amistad en nuestra vida, en una enorme mayoría elegimos no hablar de política con quienes militan en el kirchnerismo, porque pensar distinto nos transforma en enemigos, en golpistas, en gorilas, o cualquier calificativo peyorativo de moda.

Quienes honramos como valor la familia o la amistad en nuestra vida, en una enorme mayoría elegimos no hablar de política con quienes militan en el kirchnerismo, porque pensar distinto nos transforma en enemigos, en golpistas, en gorilas, o cualquier calificativo peyorativo de moda.

Ayer en las calles del país nos expresamos a través del silencio. Tan grande es el daño institucional que a los argentinos nos unió bajo la lluvia en varios lugares, el mismo silencio. Como sucede entre nuestros amigos o familiares que no pueden aceptar que pensemos distinto, elegimos no discutir de política, también la gran mayoría de argentinos que ayer caminó por los espacios públicos de sus localidades eligió no pedirle más a un gobierno que no quiere escuchar que pensamos distinto. Que no quiere que opinemos o que nuestros representantes en el Congreso opinen por nosotros, o que no quiera que un fiscal acuse, o un juez investigue…

Lo que pasó el 18 de febrero de 2015 en la Argentina fue un acto masivo de madurez, entendimos que el gobierno de Cristina Kirchner solamente se ocupa de los temas que importan a quienes la votaron, pero también entendimos que si queremos una Argentina en la que el debate, el diálogo, las discusiones enriquecedoras y porqué no, las negociaciones vuelvan a ser parte de nuestra vida privada y ciudadana, tenemos que participar activamente y cambiar la realidad.

Se viene un año electoral intenso, en el que vamos a poder ejercer un derecho constitucional sagrado como el voto, quizás quienes hicieron silencio ayer, hablen en las urnas para recuperar finalmente la república que merecemos.

* Josefina Iglesias Berrondo es mercedina, abogada, integrante del área de Construcción Ciudadana y Cambio Cultural de la Jefatura de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

 

 

 

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