Muchas veces los investigadores de los delitos de lesa humanidad que estuvieron buscando información en la zona de Mercedes se preguntaron dónde habría funcionado un centro clandestino de detención. Varias hipótesis entonces se tejieron en torno a posibles lugares: se mencionó una quinta en la zona de Altamira donde funcionó una clínica de salud mental; también se continúa especulando que alguno de los sótanos de los pabellones de la basta Colonia de Olivera se haya utilizado para esos fines; y como lugar paradigmático siempre se habló de la posibilidad de que en el Campo San Ignacio, ubicado entre el histórico Puente del Cañón y el legendario Arroyito de Oro, los militares hayan detenido clandestinamente a personas secuestradas durante la última dictadura. Lo cierto es que no hay pruebas fehacientes. No hay testimonios contundentes. Aún no se ha podido encontrar el sitio exacto.
La Quinta de Balbín
Recientemente, y gracias a una insólita denuncia presentada por un ex policía federal contra sus colegas policías, pertenecientes a los grupos de tareas de los años '70, se señala como lugar de detención y tortura una quinta ubicada sobre Ruta Nacional 5 cerca del límite con el Partido de Suipacha. Allí se yergue sobre la mano izquierda (yendo de Mercedes a Suipacha) un viejo caserón de dos plantas, otrora propiedad del hermano del reconocido caudillo radical Ricardo Balbín, en cuyo sótano había calabozos. Esta versión, confirmada por vecinos del lugar, paradójicamente no quiso ser investigada por la Justicia Federal de Mercedes en la reciente denuncia. Frondosa y añosa vegetación rodean la gran casa de fin de semana con una inmensa pileta de natación. Algo típico, nada fuera de lo común en las afueras, zona rural, de Mercedes. Entonces, ¿por qué hay calabozos en el sótano de esa quinta? Claro que no es una quinta cualquiera. Se dice que en otras épocas allí funcionó un burdel, un sitio lujoso donde se jugaba y divertía cierta gente. Los testimonios recogidos dan cuenta de que el interior de la casa estaba suntuosamente amueblada con materiales de calidad importada de Europa; muebles y objetos que habrían sido malvendidos por uno de los últimos cuidadores del lugar.
El primer interrogante que la justicia tendría que haber resuelto es cómo supo identificar el lugar el ex policía denunciante. Y a continuación le tendría que haber preguntado para que dijera todo lo que sabía sobre esa quinta. Pero la investigación no avanzó en ese sentido.
Centros no clandestinos
En un pabellón de la Cárcel de Mercedes estuvieron varios presos políticos que fueron procesados a partir del golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976, y que fueran detenidos bajo el eufemismo de estar "a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional)", como si en aquella época se hubiese podido estar a disposición de otro poder. En el mismo sentido, otras personas que habían sido secuestradas y pasado por el Centro Clandestino "El Vesubio" fueron llevadas a los calabozos del Regimiento 6 de Infantería, ubicados dentro de los cuarteles que hoy ocupa la Escuela de Gendarmería Nacional en avenidas 2 y 29. En la mayoría de los casos, los prisioneros fueron derivados a unidades carcelarias (no clandestinas) donde fueron alojados hasta recobrar su libertad. En algunos casos se les permitió a los presos políticos optar por el exilio.
La gran cantidad de personas que fueron secuestradas durante la dictadura y la acción desplegada por los militares del Regimiento de Mercedes conjuntamente con policías y otras fuerzas de seguridad en un amplio radio de operación permite sospechar que hayan existido otros centros clandestinos de detención.
En Mercedes siguen resonando historias no comprobadas de hechos extraños sucedidos durante la época de los militares. Relatos sobre enterramientos clandestinos, ejecuciones, secuestros y torturas en lugares imprecisos que aún resta investigar.
* Ciro Lalla es historiador
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Mercedes - Bs As - Argentina