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Luego de que este domingo llevara adelante una charla técnica para padres muy especial en dependencias del Club Mercedes, el mayor tenista que dio la ciudad, Gustavo Luza, fue entrevistado por NOTICIASMERCEDINAS.COM.

Luza es un ex-tenista profesional que nació en esta ciudad el 11 de octubre de 1962. En su carrera se destacó en la modalidad de dobles, logrando 5 títulos ATP. Además durante los años 2002 y 2004 se convirtió en el capitán del equipo argentino de Copa Davis. Hoy trabaja como entrenador y es director en Pilará Tenis Club, una importantísima academia de tenis ubicada en Pilar.

• ¿Qué conceptos trabajás en tus charlas con respecto al tenis?

Usualmente hago charlas referidas a la capacitación de entrenadores de tenis. Esto lo organiza la ITF (Federación Internacional de Tenis), y en general viajo por nuestro continente y varios otros países. Pero la que di en el Club Mercedes fue una dedicada a padres de jugadores de tenis. Es un formato de presentación que he utilizado muchos años, y en la cual trato de orientar a los padres acerca de la mejor manera de apoyar a su hijo en el deporte que eligió. Nadie se ocupa de ellos en las estructuras deportivas, y son fundamentales en el desarrollo deportivo de cualquier persona. Y como no saben de qué manera apoyar, suelen hacerlo desde lugares equivocados, ya sea metiéndose en las cuestiones técnicas o sufriendo a la par de los chicos los vaivenes anímicos a los que están sometidos los jugadores. Hablarles de las cualidades del deporte desde el punto formativo de la personalidad, creo que pueden tomar mayor conciencia de lo importante que es el deporte como escuela para aprender a vivir. Y ahí sí, entienden dónde son imprescindibles para el crecimiento de la personalidad de sus hijos.

• ¿Qué relación te une con el Club Mercedes y cuándo comenzó?

Mi relación con el Club Mercedes data desde mi propia infancia. Yo vivía enfrente, y el club pasó a ser una parte fundamental de mi vida. Hoy me doy cuenta de que fue ahí donde comencé a desarrollarme como deportista, participando de todas las actividades que el club ofrecía. Jugaba tenis, básquet, voley, fútbol, trepé a mis primeros árboles... La multiplicidad de deportes a temprana edad es clave para después elegir uno en especial. Fue mi primera escuela de tenis, de la mano del profesor Eduardo De Grazia. Pero también fue donde pasé de niño a adolescente, con todo lo que eso implica. El primer beso lo robé detrás del tanque que está entre la pileta y las canchas de tenis, ja, ja. En la actualidad, cada vez que lo piso, vivo una experiencia muy cálida e íntima. Íntima porque los recuerdos son intransferibles y rara vez encuentro interlocutores para recordarlos. Mis hijos, que también aman el club, no comprenden o no les interesa (lógicamente) los cuentos que les hago. Así que cada rincón del club es un recuerdo de algo que haya pasado en ese lugar. Amo al club, físicamente, independientemente de quienes lo dirijan ocasionalmente o quienes jueguen tenis en el presente. Cuando jugué Copa Davis hicieron una fiesta en donde hoy está el cine. Ahí me nombraron socio honorario, el primero de la historia del club. Fue un momento mágico, que siempre recuerdo. En fin, podría hablar horas de lo que el club ha hecho en mi vida...

• Teniendo en cuenta tu experiencia profesional y como entrenador, ¿cómo ves el presente del tenis en la Argentina?

Creo que el tenis argentino goza de buena salud. Hubo épocas mejores, pero también mucho peores. Los argentinos somos muy exitistas y perdemos de vista a veces nuestra realidad como país. Desde el punto de vista geográfico, estamos lejos de todo, sobre todo de donde se juega el mejor tenis. Económicamente, más lejos aún de las potencias que cuentan con millones de dólares para el desarrollo de nuevas figuras. Aquí, con presupuestos muy acotados e infraestructura insuficiente, no se puede apoyar a toda la gente que tiene condiciones. En la mayoría de los casos, quienes destacan lo hacen producto de esfuerzos personales, con mucho sacrificio. Influye también la deficiente política de educación física que sufrimos desde que entramos al colegio. Se le da muy poca, casi nada, de importancia a la educación física en los colegios. Así y todo, el argentino tiene en general muchas condiciones para el deporte. Pero cuantos más tendríamos si desde corta edad se trabajará en el desarrollo motriz en los colegios, en vez de tirarles una pelota a los chicos y a jugar fútbol. A pesar de todo, somos uno de los países con mayor cantidad de jugadores entre los 100 primeros del ranking de ATP. Por delante de potencias mundiales. Eso ya es muy bueno.

• En el caso de Mercedes y por lo que conocés, qué perspectivas le ves al deporte, ya que en los últimos años se nota un crecimiento en la práctica, con más profesores y escuelas.

Lamentablemente, no puedo decir mucho de lo que sucede con el tenis en Mercedes. Durante 18 años trabajé lejos de la ciudad y muy poco contacto tuve con lo que pasaba en los clubes. Sólo sé que hoy, después de muchísimo tiempo, el Club Mercedes tiene una cabeza al frente de la escuela de tenis con mucha experiencia y, fundamentalmente, con raíces en el club. Ignacio Asenzo es un entrenador con vasta experiencia, que ha trabajado con los mejores jugadores de nuestro país, y conoce en profundidad las cuestiones técnicas y anímicas que se necesitan para desarrollar buenos deportistas. De los demás clubes no puedo decir nada ya que desconozco qué es lo que están haciendo. Pero celebro que cada vez se juegue más al tenis en Mercedes. Es un gran deporte, y para toda la vida.

 

 

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