Se cumplieron 42 años del último triunfo electoral de Juan Perón, quien el 23 de septiembre de 1973 obtuvo el respaldo del 62% de los votos a su candidatura a la Presidencia de la Nación, dando paso a su tercer mandato en la máxima magistratura del país.
Perón volvió a nuestra patria convocando a la unidad nacional y a la pacificación de los espíritus, enardecidos en muchos casos por estériles confrontaciones. Si el respaldo electoral era contundente, el apoyo del Movimiento Obrero Organizado era fundamental para su proyecto de reconstrucción y liberación nacional. Ese apoyo de los trabajadores argentinos estaba sintetizado en la figura del Secretario General de la Confederación General del Trabajo José Ignacio Rucci.
De la mano de Perón, Balbín y de todos los dirigentes de los partidos políticos populares y con el poder de la C.G.T. garantizando el proceso de cambio no habría escollos que no se pudieran superar en el camino hacia el objetivo de grandeza nacional y de felicidad para su pueblo.
Los enemigos de la paz y la concordia entre los argentinos, los amantes del odio y la violencia, los que pretendieron reemplazar la voluntad popular por una secta de “esclarecidos” comprendieron el peligro que los acechaba: el pueblo argentino quería iniciar una nueva etapa de la nación, una etapa de unidad nacional y no de desunión, de construcción y no de destrucción.
No demoraron su jugada y asestaron un golpe furibundo al corazón de la sociedad, al corazón de su líder el General Perón, al corazón de los trabajadores. A las 12 y 11 minutos del mediodía del 25 de septiembre, dos día después del triunfo electoral, hace 42 años, un grupo de sicarios de la organización Montoneros masacró de 23 balazos a José Ignacio Rucci, en la puerta de su casa, en la calle Avellaneda 2953.
Cuando se supo por los medios de prensa que su cuerpo presentaba el impacto de 23 balazos, los Montoneros bautizaron al asesinato como Operación Traviata, en morbosa alusión a la publicidad de esa conocida galletita a la que se la mencionaba como “la de los 23 agujeritos”.
Rucci estaba saliendo de su casa hacia el canal 13 de televisión. Allí iba a grabar un mensaje institucional de la C.G.T. y se iba a dirigir a toda la población. ¿Sabe usted lo que Rucci pensaba leer ante las cámaras? Posiblemente no, o tal vez sí, pero sea como fuere yo he pensado que era importante recordar este hecho, pero no por sus ribetes escalofriantes y abominables, sino por lo que no sucedió, por el mensaje que nunca pudo ser leído.
Esto hubiera leído José Ignacio Rucci, el día que lo mataron, hace 42 años:
"Ahora el fragor de las luchas ha pasado a convertirse en historia. La realidad de nuestros días es la unión, el trabajo y la paz. Por primera vez en 18 largos y sacrificados años se ha expresado sin limitación alguna, con absoluta soberanía, la voluntad popular. Ninguna sombra del pasado podrá interponerse ahora para que los argentinos marchemos unidos y solidarios, hasta la construcción de la Argentina potencia. Los trabajadores han contribuido al proceso de liberación y a la modificación de las estructuras caducas y la destrucción se ha operado no sólo en los aspectos materiales de lo que fuera una nación próspera y libre, sino en la conversión en una colonia empobrecida, dependiente, opresora e injusta."
"Hubo un proceso distorsionador en el ámbito espiritual y cultural, cuyas consecuencias no han podido ser erradicadas del todo y aún las seguimos viviendo y soportando. Significa esto que a la recuperación plena del poder adquisitivo de los salarios, a la valorización del trabajo a la creación de nuevas riquezas, es necesario agregar la pacificación de los espíritus, requisito indispensable para encarar un proceso de reconstrucción y la reconquista de los valores nacionales, cuya vigencia absoluta asegurará la elección de los mejores caminos para arribar al objetivo común."
"Sólo por ignorancia o mala fe se pueden exigir soluciones inmediatas para problemas que fueron profundizados durante tantos años; no se puede apelar a la violencia rayana en lo criminal, en un clima de amplias libertades e igualdad de posibilidades; no se puede seguir abrigando ambiciones y privilegios, creando condiciones injustas, burlando las leyes, impidiendo o saboteando la consolidación de un proceso que ha sido aprobado por la mayoría del país."
"En este aspecto, las delincuentes comunes que se resisten a amalgamarse en una sociedad productora, son parangonables con los delincuentes políticos y económicos, empeñados en defender un estado de cosas que no puede seguir ya en vigencia."
"También en este aspecto resulta tan perniciosa para la Nación la subsistencia de pretensiones liberales injustas, como la acción dé los grupos de ultraizquierda o derecha, que en los países hermanos contribuyen entre sí para abortar las posibilidades de una política popular. Nadie podrá negar que ahora las leyes se apoyan indiscutiblemente en el consenso mayoritario y, por tanto, no existe argumento alguno que justifique su incumplimiento. Sólo el acatamiento estricto de la ley nos hará realmente libres, pero el acatamiento deberá ser parejo, como parejas habrán de ser las sanciones a quienes pretenden seguir imponiendo sus convivencias sectoriales por encima de las necesidades auténticas de la comunidad."
"Las leyes emanadas del gobierno del pueblo, elaboradas por los representantes del pueblo, habrán de regir la convivencia argentina, asegurar los derechos de todos para frenar a cualquier acción ilícita y por lo tanto antinacional y antipopular. Sólo de esa manera se garantizará la paz y la unidad de los argentinos, y se cimentan las bases sobre las cuales las nuevas generaciones, nuestra maravillosa juventud, irá produciendo el indispensable trasvasamiento que la acercará al futuro y el logro de sus mejores destinos."
"Esa juventud comprende que la etapa de la lucha ha sido superada, y hoy el campo de batalla se centra en la reconstrucción hacia la liberación de la patria y la realización integral del pueblo. Este es el pensamiento de la clase trabajadora organizada."
"Debemos lograr el robustecimiento de la unidad latinoamericana y del Tercer Mundo, contra toda forma de imperialismos, la subordinación a las centrales continentales o internacionales, quienes sirven a la política imperialista de cualquier signo."
"La reconstrucción de la Patria es una tarea común para todos los argentinos, sin sectarismos ni exclusiones. La liberación será el destino común que habremos sabido conquistar, con patriotismo, sin egoísmos, abiertos mentalmente a una sociedad nueva, para una vida más justa, para un mundo mejor."
Han pasado más de cuatro décadas y el mensaje que Rucci no pudo leer porque cercenaron su vida sigue teniendo una fuerza y vigencia de una contundencia que nos hace reflexionar también sobre nuestro presente: quiera Dios y el Pueblo Argentino que en nuestra Patria comencemos de una vez y para siempre el camino de la Unidad Nacional, de la concordia, del respeto por todos y cada uno de los miembros de la sociedad, de la paz, la justicia social y la libertad.
* Jorge Pirotta es Vicepresidente del Partido FE de Buenos Aires, fundador y presidente el Partido FE de Mercedes y fue pre-candidato a Intendente Municipal en las PASO 2015.
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