Este jueves, los vecinos y fieles de la ciudad de Mercedes se acercaron a la catedral para celebrar las fiestas patronales. El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, encabezó la procesión desde la parroquia Cristo Rey, que terminó en el templo mayor. Allí presidió una misa concelebrada con gran parte del clero local.

Una importante cantidad de fieles acompañó la celebración eucarística central de la jornada, tras recorrer las calles de la ciudad homenajeando a María, bajo su advocación de “Nuestra Señora de la Merced”.

Durante la homilía, monseñor Radrizzani calificó a la Virgen de la Merced como “la primera que nos libera de nuestras esclavitudes, mezquindades y egoísmos”; también destacó que Ella “nos consuela y acompaña en las buenas y en las malas”, y finalmente “es quien nos enseña a vivir”.

Monseñor Radrizzani también observó que la Virgen María es “una protectora potente” de los hombres. “Demos gracias a Dios por su presencia, por el amor de nuestro pueblo porque hay muchísima gente de pie en esta Iglesia. Se ve que nuestro pueblo quiere a la Virgen y por eso hay que darle gracias a Dios. Y también darle gracias por este triunfo de la fe, que se hace visible a través de una manifestación popular”, añadió.

“Que la Virgen nos ayude a tener esa caridad y esa ternura los unos para con los otros, para hacer el mundo más agradable de lo que lo encontramos, y dejarlo mejor construido a través del amor recíproco”, concluyó monseñor Radrizzani

 

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