|
|
| ||||
06/10/15
Hace unos meses en un típico partido de fin semana en el que el futbol es el convocante, un trabajador precarizado sufrió una grave lesión que requirió hasta el auxilio de una ambulancia del hospital. Como es obvio la carencia en el Blas L Dubarry de una guardia traumatológica dejó al joven trabajador a la espera de un tratamiento adecuado. Ya el lunes se habló de una prótesis necesaria para una intervención quirúrgica. Hasta aquí nada nuevo, lamentablemente algo bastante usual, una prótesis que nunca llega y varias sospechas de una praxis médica más dedicada a negar la necesidad de la mencionada prótesis que a presionar al director del nosocomio para agilizar la aparición de la prótesis. Familiares preocupados buscando respuestas en donde sea, los dueños del predio donde se desarrollaba el partido... Pero lo curioso es que a uno de los compañeros del desafortunado deportista amateur se le ocurrió que la mejor opción para conseguir la preciosa prótesis era “anda a verlo a Juani”. Más allá de que la prótesis nunca apareció, la naturalización de que Juan Ustarroz es la vía para conseguir lo que sea marca a las claras lo que viene ocurriendo desde el 2011. Una especie de delegado presidencial que fue transformándose en algo parecido a un puntero del Ejecutivo nacional. Como es evidente el ahora candidato sciolista concentró desde aquel año solicitudes de cuestiones de las más variadas considerándolo como “el que tiene los contactos necesarios” para lo que sea. De ahí que siempre su aparato de propaganda difundiera en cada acción posible la misma y repetida frase hasta el hartazgo, replicado obedientemente por cuanto medio exista que “gracias a la gestión de Ustarroz” se logró tal cosa. “Gestión” aquí significa tráfico de influencias, tener relaciones que permitan destrabar trámites u obtener lo que por la vía correspondiente es imposible. Obvio, las mismas que no se tuvieron para que el gobernador o la presidenta lleven a cabo el plan hídrico que demanda el Río Luján y evitar las inundaciones ya casi periódicas. El candidato solo puede “gestionar” con esa lógica cuestiones menores, en ningún caso temas de fondo. Punteros eran los de antes o el cambio de significado de las palabras En los últimos 20 años el peronismo ha basado su accionar en base a la existencia de la figura del “puntero” territorial o barrial. Un sujeto que funciona como el nexo entre el vecino y el intendente básicamente. Si bien en algunos casos la palabra puntero designa solo a un “dealer”, en política de control territorial, es aquel que puede permitirte llegar a conseguir un bolsón de comida, un medicamento oncológico o la prótesis para una intervención quirúrgica. Eso sí, el puntero te remarcará varias veces que “él te consiguió lo que vos necesitabas”, él es el único que te puede cortar el acceso a los “poderosos” que resuelven todo. Claro, no se te ocurra caer en desgracia con este personaje. No es de extrañar por lo tanto que desde el 2011 La Cámpora no dejó de intentar quedarse con el elenco de punteros del selvismo. Algunos rápidamente cambiaron de vereda, otros aguantaron más, solo que la cercanía del poder de Ustarroz no dejaba de atraer a más de un puntero barrial. Allí donde no pudieron quedarse con la herramienta punteril por excelencia la modalidad fue armar una ONG. Sorprendería ver la lista de los presidentes de estas “organizaciones no gubernamentales” por donde reciben los recursos del Estado que ellos manejan a su antojo. Un conocido puntero selvista reconvertido al frente de una ONG en medio de la inundación de hace un par de meses recibió la visita de varias canoas de vecinos que intimaron al corpulento empleado municipal a repartir las grandes cantidades de alimentos que atiborraban su casa. El clientelismo: desde la exhibición obscena hasta la sutileza Pero claro, como la versatilidad preelectoral es una característica de Ustarroz y su equipo el plan “Mi primer vuelo” se orientó en ese sentido. Los medios repitieron la consabida frase “gracias a la gestión de Juani 100 alumnos mercedinos tuvieron su primer viaje en avión”. Lo importante es que cada uno de esos adolescentes haya vuelto a su casa luego de viajar en Aerolíneas convencido que le debía algo al candidato de La Cámpora. Otros conocieron lo que es viajar en tren también “gracias al candidato”, ya que lamentablemente luego de la década ganada nunca se pudo recomponer la red ferroviaria que supimos tener. El cierre de un ciclo La consigna misma elegida implica cierto conservadurismo: “Mercedes Primero”, es decir mejor ni hablar del candidato a gobernador Aníbal Fernández y del actual gobernador bonaerense Scioli o del “relato”. ¿Encarará el último tramo de campaña como una especie de Cestari, algo parecido al vecinalismo fracasado de aquel? El viejo y remanido intento de recrear la ilusión de que Mercedes puede ser una isla ajena a la crisis devaluatoria que se avecina, al ajuste que ya anuncian desde Scioli a Macri y a la crisis internacional. ¿Cómo van a lidiar Ustarroz y compañía con una intendencia verdadera no ya paralela en medio del ajuste? “Qué distinto hubiera sido todo si triunfaba en 2011”, piensa el candidato. Ahora todo es incierto. Hubiera pasado cuatro años bien diferentes de los que le esperan, si no tropieza otra vez con alguna piedra.
* Los comentarios serán moderados y su permanencia depende de su contenido.
|
||||||
Mercedes - Bs As - Argentina |
|