El Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) es un espacio que comenzó en 1985 con la participación de 1.000 mujeres, con el fin de debatir y reflexionar sobre la vida política de las mujeres. Es auto financiado, autónomo, horizontal, federal, plural y profundamente democrático. Son dos días de trabajo, organizado en talleres de discusión por temas, y el tercer día se leen las conclusiones alcanzadas en los talleres, que luego se trabajan todo el año en los territorios a fin de incidir en las políticas públicas.
 
Hoy, 30 años después, el encuentro estuvo integrado por 60.000 mujeres de todo el país y de Latinoamérica. Desde ATE Mercedes y Suipacha, estuvieron presentes, junto a las compañeras de ATE y CTA autónoma de todo el país.
 
Hubo 65 talleres donde participaron mujeres amas de casa, adolescentes, campesinas, docentes, obreras, profesionales, estudiantes, indígenas, artistas, organizadas en sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales, que llegaban en forma individual o en grupos, de distintas provincias y extranjeras también. Es la pluralidad lo que caracteriza el espacio, y a partir de allí se va construyendo.

“Fue una emoción participar de talleres como “Mujer y Trabajo” donde se discutió sobre las condiciones laborales, precarización laboral, la importancia de unirse a los procesos de fábricas recuperadas, etcétera”, contaron las participantes.

“En el taller “Mujer, Violencia y Maltrato” debatimos temas como la necesidad que se declare la "emergencia" en violencia de género, sexual y doméstica, la ausencia del estado y de presupuesto para enfrentar esta problemática, la falta de comisaría de la mujer y de personal "idóneo", la importancia del acompañamiento y seguimiento de los casos, la falta de condenas firmes, los proyectos encajonados en el Congreso como el ante proyecto de ley para las licencias por violencia de género, para que las cosas se llamen por su nombre y evitar las licencias psiquiátricas”, agregaron.

También se habló sobre “Mujer y Medio Ambiente”, donde las mujeres manifestaron las graves consecuencias que está teniendo en los procesos de salud – enfermedad de las poblaciones, el modelo de extractivista y la Ley de Semillas.

“Una mujer de Rosario contó que tuvo que irse de su campo, por la cantidad de casos de cáncer que en muy poco tiempo, comenzaron a haber en su barrio. Otra compañera de Mendoza contó la fuerte resistencia que llevan en Malargüe en las “asambleas del agua”, contra las minerías. Otra mujer de Bahía Blanca, pueblo petroquímico, denunció los graves casos de enfermedades en los trabajadores. Fue muy fuerte también, cuando compañeras de Santa fe relataron que la población tiene plomo en el cuerpo; lo cual genera impactos en la salud; la necesidad de mudarse; y la pérdida de puestos de trabajo. Una joven de Tucumán contó que es docente y mientras dan clase fumigan enfrente, que los alumnos se descomponen y que ella ya ha perdido tres embarazos. Como trabajadoras del Estado denunciamos que las instituciones públicas muchas veces nos impiden realizar intervenciones profesionales que denuncien las causas de las inundaciones en nuestra localidad; donde a consecuencia de la especulación inmobiliaria, la falta de obras hidráulicas y la falta de regulación a los campos, venimos sufriendo graves inundaciones. Estas menciones dan cuenta del falso “progreso” que quieren generar con este modelo, ya que están envenenando y matando los pueblos”, sostuvieron.

Algunos de los ejes de conclusión fueron:
- Repudiar el modelo extractivista; fuera las multinacionales de Argentina.
- Denunciar la complicidad de muchas Universidades Públicas, con sus responsables nefastos, como Monsanto.
- Necesidad de fortalecer las redes, a fin de fortalecer los procesos de lucha y resistencia.
- Producir datos epidemiológicos que demuestren los impactos en la salud de las personas

“Este modelo impacta en la vida cotidiana de las comunidades, llevándose la vida de muchas de ellas; como transformando negativamente la fisonomía de los territorios. Es fundamental detener el modelo y generar procesos de relación saludables y dignos entre el modelo de producción, medio ambiente y la vida humana, entendiéndolos en forma integrada e inseparable. Soberanía para nuestros cuerpos y territorios”, plantearon.

Así mismo el evento contó con una amplia agenda cultural, con festivales de música, teatro, talleres vivenciales, taller danza, festivales literarios, exposiciones fotográficas, espacios multideportivos, murales colectivos, talleres de composición coreográfica, y otros. “Y como la vida de los encuentros también se da en los espacios públicos, participamos del acto en reconocimiento a las mujeres heroínas, que acompañaron a los heridos de Malvinas, en la plaza principal”, informaron.

“Casi al finalizar, las 60.000 mujeres marchamos por las calles de Mar del Plata para contarle a la sociedad toda que la lucha es entre todas/os; compartiendo cantos y miradas de fuerza. Pero lamentablemente no podemos dejar de mencionar y repudiar los hechos sucedidos en la catedral, donde un grupo de nazis golpeó y retuvo a tres mujeres en la iglesia. Entendemos que estos actos detentan contra la Libertad de Expresión y la lucha por seguir triunfando en materia de Derechos de las Mujeres, y por lo tanto también, de la sociedad toda. Desde ATE Mercedes y Suipacha fue un honor ser parte de un histórico Encuentro Nacional de Mujeres; nos reencontramos el 2016 en Rosario para compartir nuevamente el ENM”, completaron.

 

 

 

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