El lunes pasado, 9 de noviembre, murió Teresita Riveiro, Tere. La mamá de Mabel y Adriana, la abuela de Mariano.

La ví enorme con el pañuelo blanco sobre su pecho, más allá de todo, historia pura, hacia el pasado, y hacia el futuro.

La ví maestra (y me recordó a mi madre), me la imaginé con su delantal blanco, como las maestras “de antes”, tan valoradas, amadas y respetadas.

La ví mujer, madre, pareja…

Y la ví luchadora, doliente y digna, entera.

Y entonces, como nos pasa a todos, la historia se presentó como una corriente imparable: esa, mi generación, que se atrevió a querer cambiar las reglas, a enfrentar el poder, a desafiar los mandatos establecidos, mandatos de toda clase… y que pagó un precio muy alto; y esa otra generación, la de Tere, la de Orlando, la de todos nuestros padres y madres, que sostuvieron las decisiones de sus hijos e hijas, arriesgaron sus vidas, aún dudando de sus propias certezas…  lloraron en silencio, tuvieron miedo, y en medio de la terrible oscuridad, dieron luz, festejaron, criaron nietos…

Yo quiero homenajear en vos, Teresita Riveiro, Madre de la Plaza, Madre de nuestra ciudad, a todos los padres y madres, los más conocidos, y los anónimos, y decirles del profundo respeto hacia sus vidas, honestas, llenas de amor y trabajo, decirles la ternura y la admiración que siento, al pensarte, y pensarlos (y ahora recuerdo a mi padre), haciendo frente a una realidad que tal vez nunca imaginaron, vulnerables, pero fuertes, enormes.

Gracias Tere! Siempre presente!

* Virginia Altube es integrante de la Comisión de Familiares y Amigos de Desaparecidos y Asesinados de Mercedes.

 

 

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