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16/12/15
Sabido es que la ciudad de Mercedes al ser cabecera departamental tiene una gran cantidad de dependencias judiciales y en ellas suceden cosas casi insólitas, a veces, como esta que pasó hace muy poco, este mes, y es digna de ser contada porque refleja en buena medida el estado en el que en la sociedad transcurren cosas que ya no parecen llamativas o no asombran a nadie. En el Juzgado de Ejecución 1, el pasado viernes 11, una mujer casi se suicida ante las empleadas de la mesa de entradas, en reclamo por la situación judicial de su esposo. Todo sucedió en la dependencia ubicada en calle 24 entre 19 y 21, donde el estupor ganó en la mañana del pasado viernes. Cerca de las 9.30 se llegó a la mesa de entradas una señora oriunda de San Justo, de cerca de 40 años de edad, cuyo nombre no será revelado en este informe, manifestando ser la pareja de un detenido en la Unidad Penal 5, y queriendo conocer datos sobre la situación procesal, por lo que se le dijo que sería trasladado, en lo inmediato, luego de un episodio violento que había tenido en la mencionada unidad carcelaria. Esto parece que enervó a la mujer, que fuera de sí sacó de su cartera un cuchillo pequeño y un carretel de hilo de nylon que comenzó a enroscar en su cuello, cruzándolo por una reja que da a un sótano de la dependencia judicial y atando parte del hilo allí, amenazando con que se ahorcaría lanzándose al vacío. También dijo que se cortaría el cuello si no tenía una respuesta favorable a su solicitud de que su pareja permaneciera en la ciudad y no sea trasladado, y se le de la asistencia médica necesaria. Entre sus amenazas, la mujer adujo que tenía “HIV y tuberculosis” y que estaba “embarazada de seis meses”, y además “dispuesta a todo”.
Por esto desde el Juzgado debieron llamar como juez subrogante al doctor Ricardo Oliveira Buscarini, que se llegó lo más rápido que pudo al lugar, y contempló el cuadro. Ante el juez la mujer volvió a clamar sus amenazas pero con mucha sapiencia y la experiencia que le han dado los años en su labor, Oliveira Buscarini tras dialogar con ella logró que deponga su actitud, invitándola a tratar el asunto “de una manera coherente”, dejando constancia que el interno saldría de la Unidad 5 y sería alojado en la Unidad 21 de Campana, recibiendo las debidas curaciones en el Hospital de General Rodríguez. Todo sucedió en plena mesa de entradas y en presencia de los empleados y personal penitenciario. El juez, por su parte, le explicó a la mujer que estaba en el lugar “por estrictas razones humanitarias y garantías legales”, más allá de los modos utilizados por la mujer, a la que finalmente aconsejó manejarse de otra manera.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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