El arzobispo de Mercedes - Luján, Agustín Radrizzani, brindó una entrevista a NOTICIASMERCEDINAS.COM en la que dio a conocer algunos aspectos de su vida y dejó un mensaje de Semana Santa para los mercedinos. Además se refirió a las crisis en las vocaciones sacerdotales y matrimoniales, a su cercanía con el fenómeno que provoca la virgen de Luján, al Papa Francisco que conoce bien en la persona de Bergoglio, y a sus relaciones con la política y el poder, entre otros temas.
En su despacho de la sede de la Curia Eclesiástica, monseñor Radrizzani, de 71 años de edad, a poco de partir hacia Luján este jueves santo para ser parte de una misa dio su visión sobre este año de la misericordia que el Papa Francisco pide vivir de manera especial. “Es fundamental entender que cada uno de nosotros tiene que hacer la experiencia de misericordia desde Dios hacia su persona. Si yo pienso que nunca maté a nadie y nunca robé nada a nadie yo soy justo y todos los demás son pecadores, entonces no puedo llegar a vivir la misericordia. Dice San Pablo, bellísimamente, ‘consolamos a los demás con el mismo consuelo con que Dios nos ha consolado’. Entonces por analogía digo ‘yo tengo misericordia con los hermanos porque yo experimenté misericordia’. Y como comprendo que yo he sido falluto, le fallé a Dios, tengo un corazón más magnánimo para entender a los demás. Eso por un lado, además, la misericordia con todos. Es difícil tener misericordia con aquellos que han planeado el atentado en Bruselas, y sin embargo yo también con ellos tengo que vivir la misericordia. Es difícil la misericordia con aquellos que pueden haber matado a mis padres, y yo con ellos tengo que vivir misericordia. La misericordia es para todos, absolutamente para todos, es para el asesino, para el terrorista, para el traficante de drogas…”
“Si viviéramos la misericordia en modo pleno el mundo sería distinto. Misericordia en la pareja, con las amistades, en el matrimonio, con los viejos, con los enfermos, con los chicos, con los adolescentes, con quienes es muy difícil tener misericordia. Pero hay que tenerla, y después marcarles la cancha”, agregó monseñor Radrizzani.
Nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, el 22 de setiembre de 1944; ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1972 en Turín, Italia, por el cardenal Michele Pellegrino, arzobispo de Turín; elegido obispo de Neuquén el 14 de mayo de 1991 por Juan Pablo II; ordenado obispo el 20 de julio de 1991, en Bernal, Buenos Aires, por Mons. Argimiro Daniel Moure Piñeiro SDB, obispo de Comodoro Rivadavia; tomó posesión de esa sede el 17 de agosto de 1991; trasladado como obispo de Lomas de Zamora, el 24 de abril de 2001, tomó posesión de esa sede el 23 de junio; promovido a arzobispo de Mercedes-Luján el 27 de diciembre de 2007; tomó posesión e inició su ministerio pastoral como tercer arzobispo (sexto diocesano) de Mercedes-Luján, el 29 de marzo de 2008. En la Conferencia Episcopal es presidente de la Comisión de Comunicación Social.
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La Semana Santa
En plena Semana Santa, la festividad más fuerte de la Iglesia Católica, monseñor Radrizzani planteó su visión: “La Semana Santa nos habla siempre de esperanza. Vemos que Jesús cargó sobre sus hombros los pecados del mundo y también mis pecados, mis falluterías, mi soberbia, mi avaricia, mi lujuria. Todo cargó sobre los hombros, y después con su resurrección nos dio una vida nueva, entonces yo en el horizonte veo permanente la luz. Puedo vivir en la oscuridad, pero yo sé que a través del túnel después llegará la luz. Y la luz es la vida nueva, es el ‘ámense los unos a los otros como yo los amé’. Es un mundo distinto: un cielo nuevo y una tierra nueva. Entonces yo camino hacia eso, y eso me llena el corazón de alegría y de esperanza, y nos permite tener una relación distinta con todos los demás”.
Este jueves santo fue además el día del sacerdote, y en su trayectoria el arzobispo Radrizzani fue consagrado como tal el 25 de marzo de 1972, exactamente 44 años atrás, por parte del cardenal Miguel Pelegrino en la ciudad de Turín, en la Basílica María Auxiliadora (N de la R: Vía Maria Ausiliatrice 32, Torino, Italia). En Italia estuvo cursando sus estudios de Teología. “Desde entonces hasta ahora elegí como lema de sacerdote de la primera carta de San Juan ‘nosotros hemos conocido y creído en el amor de Dios’. Entonces había elegido como lema de mi vida vivir siempre el amor de Dios, y eso me causó un montón de alegrías. Y ahora miro para atrás, he tenido un montón de dificultades en Neuquén, en Lomas de Zamora y acá, pero cuando uno hace un relevamiento de la vida pasada aparecen las luces y las sombras se achican, también por el amor de Dios”, contó.
Y profundizando sobre lo más difícil que le tocó vivir en su carrera religiosa, narró: “Situaciones difíciles he tenido en la vida religiosa en Neuquén, Lomas de Zamora y acá. Ante situaciones difíciles que tengo, al igual que toda persona humana, levanto los ojos al cielo y pido ayuda a Dios y luego por un motivo o por otro siempre llega la ayuda de Dios y eso me hace bien. Yo tengo cosas palpables en las que Dios me ha protegido y ayudado. Ante los problemas del presente miramos el pasado, y como Dios me ayudó en el pasado me puede ayudar también en el futuro”.
Cerca de la virgen de Luján
En la actualidad Radrizzani está a cargo del arzobispado de Mercedes – Luján, que a su vez es el que tiene en su jurisdicción a la virgen de Luján, Patrona de los argentinos. Por ello Radrizzani es quien celebra los Te Deum en la Basílica Nacional ante los presidentes, entre otras responsabilidades. “Cuando el nuncio me dijo que iba a venir acá, ese mismo día que fue un 17 de diciembre de 2007 inmediatamente lo fui a ver a Bergoglio (N. de la R: Jorge, hoy Papa Francisco), y él me dijo ‘la noticia que me das es la mayor alegría en el día de mi cumpleaños, que vos puedas estar cerca de la virgen de Luján’. Y realmente para mí es una gracia excepcional, ya que es el Santuario Nacional. En Luján convergen los dolores de toda la Argentina. Viene infinidad de personas, entre ellas enfermos, alcohólicos, cancerosos, gente con enfermedades terminales, papas y mamas vienen porque los hijos han entrado en la droga y les sacan todas las cosas, todas las miserias humanas se pueden ver en Luján. Entonces van a pedirle a la virgen para que los ayude a seguir caminando, y eso es algo muy fuerte”.
Su relación con el Papa Francisco
Consultado sobre qué relación conserva con Bergoglio, ahora que es Papa, dijo: “Me siento querido por él y lo quiero mucho. Es muy grande el influjo que él ejerce sobre el mundo, más con los alejados que con los cercanos de la Iglesia. Es un hombre que proyecta a nivel mundial características de un latinoamericano, no tiene problemas en bajarse del papamóvil a saludar a un niño, hacer subir a otro. Lo saludan todos, y los que son muy formales deben sufrir. Y los alejados del ámbito creyente de la Iglesia o aquellos que son creyentes pero no practican lo miran con simpatía”.
LA COMUNION. “Jesús quiso quedarse entre nosotros para ser fortaleza de nuestra debilidad. Ahora el hecho de que una persona no esté en condiciones oportunas (de comulgar), y comúnmente se habla mucho de comunión espiritual, de que se desea recibir a Jesús eucaristía, pero para mí ahí hay algo que es muy importante: yo veo que los que están en una situación difícil desean mucho más a Jesús eucaristía, a veces, que yo mismo. Yo admiro a esa gente porque tiene hambre de Dios".
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Francisco provoca una revolución fuerte, se le señaló. “El va desencadenando procesos, y con el tiempo se va a notar su influencia. No puede de la mañana a la noche cambiar los procesos, por ejemplo en el caso del matrimonio que es algo difícil, sobre todo los que pasan por la segunda o tercera pareja. El trata de influir para que haya misericordia, y que aquel que está viviendo de algún modo irregular no se sienta excluido de la Iglesia. Yo creo que por ahí pasa también el al de la misericordia, perdonar siempre a todos en cualquier situación que se encuentren. Eso dilata nuestro corazón”, dijo y se le preguntó si a su entender todos deberían comulgar, a lo que Radrizzani opinó: “Jesús quiso quedarse entre nosotros para ser fortaleza de nuestra debilidad. Ahora el hecho de que una persona no esté en condiciones oportunas, y comúnmente se habla mucho de comunión espiritual, de que se desea recibir a Jesús eucaristía, pero para mí ahí hay algo que es muy importante: yo veo que los que están en una situación difícil desean mucho más a Jesús eucaristía, a veces, que yo mismo. Yo admiro a esa gente porque tiene hambre de Dios, y yo rezando misa todos los días me puedo acostumbrar a Dios, como nos acostumbramos a todo. A las amistades, a la familia, a todo. Todo cansa, todo hastía, pero hay que revertir las cosas. Entonces volvemos a la misericordia, y a que no hay que pensar en nosotros mismos, esa es la llave de la felicidad. Yo no tengo que pensar si me quieren o no, debo pensar cuánto me puedo donar a aquellos que tengo cerca, a quien yo recibo o con quienes hablo”.
Crisis en vocaciones sacerdotales y matrimoniales
Mercedes tiene la particularidad de ser un lugar de formación de sacerdotes con el seminario Santo Cura de Ars, y actualmente se podría decir que hay cierta crisis en las vocaciones religiosas, algo que según Radrizzani es así lo que indica que hay que “hacer valer el testimonio de nosotros mismos y de nuestras comunidades”: “Que las comunidades sean de fraternidad y de ayuda recíproca, y que los curas seamos buenas personas dados a los demás, para que los jóvenes se sientan atraídos por este estilo de vida. Y esta es la clave para los caminos vocacionales, y no solamente para que los muchachos y las chicas sean religiosos, sino para que sepan que Dios nos dio una vida y que la donamos por los demás. Entonces se donan por los demás donde Dios quiera; puede ser sacerdote o padre de familia, pero para donarse”, expresó. En este sentido se le señaló que la misma crisis se ve en el matrimonio religioso, ya que cada vez hay menos ceremonias: “Así es, y eso sucede porque nosotros no sabemos valorar la gracia de Dios a través de un sacramento como el del matrimonio. Entonces pasar o no por la Iglesia, vivir seis meses con una y seis con otra parece más divertido, pero la vida no es diversión. Quienes se divirtieron bien cuando llegan al ocaso de su vida se dan cuenta de que nunca amaron. Y hacia ellos también se debe tener misericordia, ya que a los 70 años se puede empezar a vivir para los demás”, según Radrizzani.
Relaciones con la política y el poder
Agustín Radrizzani asegura que por estos días no tiene grandes contactos a nivel nacional con el gobierno, aunque su realidad supo ser otra en la anterior gestión. Y asegura que sí conserva vínculos en la provincia y el municipio. “Esta mañana misma estuve con el intendente Juan Ustarroz y con los diputados Eduardo De Pedro y Carlos Selva (N. de la R: En el acto por el Día de la Memoria). He tenido siempre contactos con los inmediatos, a nivel provincial bien, y nos estamos empezando a conocer y a construir. Yo a Macri por ejemplo nunca lo ví más que en televisión, nunca le di la mano. En cambio con Néstor Kirchner o Cristina fue otra cosa. Ella por ejemplo me visitó cuando estaba en Santa Cruz y yo en Neuquén. Y recuerdo bien cuando vino a verme, como vinieron a verme las madres de Plaza de Mayo. Yo nunca cerré la puerta a nadie, pero con Macri nunca he tenido ninguna relación y es lógico porque el estaba en la Ciudad de Buenos Aires y yo en la provincia”. Vale aclarar en este punto que la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal se encontró con Macri, pero sus integrantes no. “Carlos Menem incluso vino a verme cuando era flamante obispo, me resultó muy simpático. Recuerdo que un obispo le dijo que no había fuentes de trabajo y el respondió que en la Biblioteca Nacional había un cartel grande que decía ‘se buscan obreros’ y no iba nadie. Simpático, porque es un argumento irrefutable Nadie se ofrecía”, agregó.
Con respecto a los intendentes, señaló que siempre tuvo una excelente relación con Carlos Selva y que lo mismo le pasa con Juan Ustarroz. Aunque sostuvo que no pasa algo similar con las autoridades comunales en la ciudad de Luján: “Con Luciani (N. de la R: Oscar, el intendente que fue reelecto en 2015 y va por su segundo periodo) es una relación respetuosa pero distante. Es una relación donde me parece que influye mucho el Concejo Deliberante. Y hay algo que no llego a entender de la ciudad de Luján, donde los ciudadanos no todos ven bien la existencia de la Basílica. Luján es la ciudad más visitada de la Argentina, mucho más que Mar del Plata, pero llegan peregrinos que si dejan la ciudad sucia molestan. Algunos pueden tener un amor muy grande por la virgencita pero a otros le da bronca la gente que llega. Hay que hacer un equilibrio y trabajar en la educación, que la gente sea cuidadosa de la ciudad. Pero para mí es una incógnita, porque no llego a ver con claridad que es lo que pasa en Luján. Es muy amada la virgen en la Argentina pero en Lujan hay ciudadanos que rechazan a los que vienen a la Basílica. Las veces que me he encontrado con Luciani he tenido una relación correcta, pero tengo una relación más fluida con los que están en Mercedes. A mí me da pena que rechacen a los peregrinos porque son una fuente de ingresos para la ciudad”, dijo Radrizzani.
Mensaje para los mercedinos
Por último, a la hora de dar un mensaje para los mercedinos en esta Semana Santa, el arzobispo Agustín Radrizzani indicó a este medio: “Lo fundamental es vivir siempre con alegría y con esperanza. Porque ‘no temas pequeño rebaño, el Padre ha querido darles el Reino (N. de la R: Lucas 12:32). Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo (N. de la R: Mateo 28:20).’. Entonces la garantía de que Dios me ampara y me acompaña y la virgen me protege, a mí me da un sentido de esperanza. El mensaje para los queridos hermanos que viven en esta ciudad de Mercedes es de esperanza. Yo creo que hay más luz que sombras, más bien que mal, más alegrías que tristezas, más vida que muerte. Y la resurrección de Jesús que celebramos el domingo nos hace cambiar la perspectiva y en lugar de estar quejosos, amargos como zapallo de zanja, nos hace estar esperanzados siempre por todo, y nos hace descubrir siempre lo positivo que hay en todos lados, en los hermanos, en la gente, en las instituciones, en los clubes de fútbol, en todo”, completó Radrizzani, salesiano desde niño e hijo de alguien a quien el santo Luis Orione le dijo que Dios lo iba a bendecir y tras casarse le dio dos hijos, a él sacerdote –y actual arzobispo– y a su hermana que también es religiosa.
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