La muestra del artista plástico Jorge Blanco vio la luz este sábado por la noche en dependencias del Museo de Arte Municipal de Mercedes. Seguirá abierta al público por dos semanas.

Esta esperada muestra de 2016 de Blanco fue singular. “Como siempre la sensación de tirarte en paracaídas y que se abra. La tensión que se vive y que todo salga bien, sobre todo en la performance que hubo y que no fue demasiado ensayada, pero salió tal cual lo pensaba”, dijo en principio el artista consultado por este medio, anoche en el Museo de calle 23 entre 16 y 18, sobre su exposición que se titula "Cinemática", y constituye una serie de obras nuevas y otras nunca vistas, con el estilo espontáneo y profundo propio de Blanco, cuyos personajes parecen envueltos en un aura de misterio, quietud y liviandad que puede cambiar de un momento a otro, lo que depende de la mirada del espectador.

Este sábado intervinieron en la inauguración artistas que contribuyeron a una performance, entre ellos el boxeador Walter “Yacaré” Sequeira, Javier Moreira, Sol Marcos y Eugenia Fraiese, y un cuarteto de cuerdas, el Ensamble de Violencellos Riccio, de Luján.

Los comentarios que recibió sobre sus obras fueron muy buenos. “La sala está muy bien, da para muchas cosas y planeo hacer aquí muchas exposiciones”, dijo Blanco, quien presentó 14 obras de una serie a la que denominó “Cinemática”, por el color y el movimiento de saltar de una escena a otra. “Esto tiene que ver con la identificación del espectador que se ve reflejado en estas escenas”, indicó Blanco sobre estos cuadros, algunos de los cuales tienen escenas muy simples y otras más complejas. Todos son realizados con acrílico, un material que Blanco maneja muy bien desde hace mucho tiempo y que lo seduce por su ductilidad. “Es un material muy noble, al óleo si bien me gusta no lo puedo manejar con velocidad, que es lo que me atrae”, afirmó Blanco.

En cuanto al formato de las obras que presenta, algunos cuadros tienen dimensiones importantes. Además varias de las obras han participado sin éxito en concursos e integran esta muestra. “Los cuadros ya pasan a ser de otro cuando los termino y el final es muy fuerte”, definió el artista, quien ha dado un título a cada obra pero no lo plasma junto a cada cuadro, quizás para que cada uno de los espectadores haga su propia interpretación sobre sus trabajos, que están todos a la venta. “Se venden porque esto es más que un pasatiempo, una forma de vida en lo comercial. Y el precio se relaciona con lo que más o menos se paga por un primer premio en un concurso”, indicó Blanco y dejó en claro que para este año pretende seguir procesando este tipo de trabajos y darles lugar en distintas salas y en el mercado de Buenos Aires, específicamente en San Telmo, donde ya estuvo experimentando con éxito incluso con extranjeros que se interesaron mucho en sus obras.

 

 

 

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