Los usuarios del transporte público conocen de sinsabores y desde la aplicación del sistema SUBE para el cobro se ha sumado uno más: el del bloqueo o inutilización de la tarjeta, lo que complica la continuidad de los recorridos para quien viaja a no ser que tenga mucha imaginación o una importante capacidad de pedir ayuda a los demás para que le abonen el viaje.

Es el caso de la vecina Elsa Parrilla, quien debió vivir una odisea por inconvenientes con su SUBE, que detalló: “No le deseo a nadie que viva lo mismo que yo”, dijo y comentó la desagradable situación que tuvo que enfrentar: “Fui a cargar mi tarjeta SUBE al kiosco de la 29 y 18. Tenía un saldo de $ 81 y cargué $ 100 porque tenía que viajar y, como el pasaje está por las nubes, pensé que ya podía estar tranquila con ese importe”.

“Hoy (por este sábado), muy temprano, ascendí al 57 y me dijo el conductor que la tarjeta estaba bloqueada. Pero un día antes no estaba bloqueada si aceptaron gustosos mi dinero. Así que pude viajar sólo gracias a que un señor me pagó el pasaje con su tarjeta, abonándole la suma correspondiente. Llegué a Luján. Como es sábado, el locutorio recién abre a las 7 horas. Pensé que allí podrían desbloqueármela pero no fue así. Por tal motivo, perdí el otro colectivo que necesitaba tomar y también tuve que comprar otra tarjeta nueva y cargarla. ¿Qué hubiese pasado si yo no tenía dinero para hacerlo? ¿Me tenía que quedar varada en la terminal de Luján?”, se preguntó la vecina en la continuidad de su relato.

“En Jáuregui había subido una señora con el mismo problema. Ella tenía $ 70. El viernes la había cargado con $ 100 y el conductor también le dijo que estaba bloqueada, así que fue otra persona que tuvo que comprar otra tarjeta y pasar por el mismo momento tensionante, con zozobra, bronca, incertidumbre, dificultad económica, etcétera”, agregó la mujer.

“Cuando llegué a Once pensé, ilusa de mi, que allí se solucionaría el problema pero no. Me informó una de las empleadas de las ventanillas que la terminal de SUBE de Once sólo atiende de lunes a viernes. Y me sugirió que fuera a la terminal de Moreno (que está ahí nomás, a la vuelta de la esquina...) porque esa sí atiende los sábados hasta las 18 horas. Me pregunto por qué ocurre algo tan descabellado como que en Once, una estación atestada de gente siempre, no atienden aunque sea medio día los sábados. Por Internet, por más que hablen maravillas de la tecnología, no se pueden hacer esos reclamos, no nos facilita ni soluciona nada cuando tenemos semejante problema, porque a los argentinos cada vez nos alcanza menos el dinero con tantos aumentos y el desfasaje con los sueldos.... Qué lastima que quienes nos gobiernan, sean del partido que sean, nunca viajan en el transporte público ni tienen la más remota idea de lo que es nuestra vida, la del ciudadano común, porque la de ellos es muy diferente. Y nosotros, la gran mayoría, no estamos representados en ese gobierno. Los pasajeros, los consumidores no tenemos voz ni voto y solo se acuerdan que existimos cuando necesitan nuestro voto. Quizás, si lo hicieran, se pondrían realmente en nuestro lugar, sentirían una genuina empatía y podrían comprendernos y actuar para mejorar nuestra vida, todo lo contrario de lo que hacen”, afirmó la vecina, completando su minucioso relato con el dato de que tampoco pudo hacer algo por teléfono porque tenía un compromiso pendiente y el 0810, si es que le servía de algo, sólo atiende hasta las 15 horas los sábados.

“Yo me hago muchas preguntas: ¿por qué se bloquea una tarjeta? ¿Está vieja, caduca? ¿No se puede "actualizar" la misma tarjeta? ¿Tanto que hablan de la ecología, de la sustentabilidad y solo porque han pasado unos años hay que tirar la tarjeta (tantas en similar situación), ensuciar el medio ambiente y comprar una nueva, porque sí? Yo la conservo bien, en su porta tarjeta, ¿por qué no la puedo seguir utilizando? ¿Por qué no nos avisan? ¿Cómo el día anterior pude cargarla? Si hubiese sabido que la iban a bloquear e inutilizar, no hubiese gastado ese dinero que ahora necesito recuperar, porque es mío. Me siento casi estafada. ¿Y por qué no se pueden solucionar fácilmente esos problemas a través de la página web y/o el teléfono? ¿Y si es una persona que tiene dificultades para movilizarse o que por cuestiones laborales no puede trasladarse? En vez de facilitar la vida, ponen escollos. Los que vivimos lejos de las terminales de SUBE como Moreno u Once ¿tenemos que ir hasta allá? ¿Gastar tanto dinero, perder tiempo? Debería haber centros o lugares en cada cabecera de partido, en el lugar donde vivimos”, completó la vecina Elsa Parrella en su reclamo.

 

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