Desde la Unión de Educadores Bonaerenses, su secretaria general Silvia Gandolfi, cuestionó la decisión de la Dirección de Cultura y Educación que impulsó volver a implementar el aplazo. Ahora a partir del 1 de junio los docentes podrán calificar nuevamente con 1, 2 y 3 a los alumnos desde 4° a 6° grado, mientras que para los chicos de 1° a 3° a nivel conceptual la escala irá de "insuficiente" a "sobresaliente", pasando por "regular, bueno y muy bueno". La dirigente de la entidad de base adherida a la FEB cree que con esto se “corre el foco” del verdadero problema del sistema educativo.

Gandolfi, en coincidencia con lo expresado con la FEB, dijo que en general está en desacuerdo: “Hemos ido cambiando el paradigma con respecto al concepto de lo que es una evaluación de los procesos de aprendizaje que van haciendo los alumnos. Antes era demasiado taxativo e impedía que esa valoración de los aprendizajes se lograra una promoción con una expectativa para el alumno de progreso y de recorrida escolar satisfactoria, y en la mayoría de los casos exitosa. Si lo abordamos pedagógicamente, no concebimos la posibilidad de a un niño, a un alumno de primer grado, se pueda calificarlo con un insatisfactorio, porque nadie es insatisfactorio en los aprendizajes”, indicó en principio, consultada por NOTICIASMERCEDINAS.COM.

“Tenemos aprendizajes previos, que cuando los escolarizamos, hacemos un recorte de cualquier objeto de aprendizaje, también se hace un recorte de una realidad social para abordar ese objeto de aprendizaje. El alumno hace un proceso, algunos más lentos, otros medianamente y otros más rápido. Todo ese concepto de proceso es la valoración y la evaluación que hace el docente, por lo tanto no nos cabe la idea ni siquiera filosóficamente de poner un insatisfactorio. Y mucho menos cuando hablamos de aplazos. Hablamos de aplazos en segundo ciclo, a nivel secundario”, dijo la mujer.

"Son ideologías disímiles, y socialmente con esta postura reafirmamos o se está reafirmando desde la provincia, desde el Ejecutivo, continuar siendo una sociedad sancionadora, en vez de ser una sociedad contemplativa, respetuosa, y una sociedad que mira al individuo, a la persona íntegramente. Y esto también ha conllevado históricamente a estigmatizar a las personas, en este caso a los alumnos".

En tanto, consultada sobre su opinión con respecto a qué es lo que se busca con esto, la dirigente de la UEB opinó: “Creo que en realidad son ideologías disímiles, y socialmente con esta postura reafirmamos o se está reafirmando desde la provincia, desde el Ejecutivo, continuar siendo una sociedad sancionadora, en vez de ser una sociedad contemplativa, respetuosa, y una sociedad que mira al individuo, a la persona íntegramente. Y esto también ha conllevado históricamente a estigmatizar a las personas, en este caso a los alumnos. No nos olvidemos de que venimos de un sistema donde hace 50 años teníamos grado A, que era para aquellos que éramos distintos, muy perezosos en los aprendizajes, muy lentos. Eso que ayer se trató de superar en el sistema educativo, hoy con este concepto se hace un retroceso. Y hablando desde lo político abordar el tema de las calificaciones de los alumnos es desviar la atención del verdadero problema que tiene el sistema educativo como tal”, objetó.

“Tenemos una problemática que va más allá de los aprendizajes de los alumnos. Hay que mejorar la situación institucional, la situación de supervisión institucional, y las condiciones de los docentes, que son estas laborales y de capacitación y perfeccionamiento docente, amén de otras problemáticas, donde el Estado en algunos casos estuvo presente pero en la mayoría ausente en sus resoluciones. Hemos planteado sistemáticamente que ningún ser humano en atención, en el esfuerzo, en todo lo que es la entrega intelectual, su capacitación, puede estar afectado a una carga horaria de dos o tres turnos. Y eso pasa por lo salarial. Hay que ver cómo el Estado, con que política, busca que la sociedad sea más educada y con personas exitosas como ciudadanos. Pero esto saca de foco la verdadera problemática de la educación, que no pasa por la calificación de los alumnos. Volver a penalizar de una forma en la cual los docentes ante esta definición, postura y ejecución, no hemos estado participando, nuevamente es un autoritarismo que vuelve como sistema vertical dentro de la educación”, completó Gandolfi.

 

 

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