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01/07/16
La sociedad argentina y en particular la mercedina recibió con gran consternación la increíble noticia de la masacre de los sacerdotes y seminaristas Palotinos, hecho ocurrido durante la madrugada del 4 de Julio de 1976, en el barrio porteño de Belgrano. En Mercedes fueron inhumados los restos de los tres sacerdotes asesinados, y hubo un imponente acto multitudinario en la Iglesia San Patricio y luego en el Cementerio local. ¿Quién mató a los Palotinos? La operación fue ejecutada por un grupo de tareas integrado por militares y policías, quienes dejaron las siguientes leyendas en el lugar del crimen: “Así vengamos a nuestros compañeros de Coordinación Federal” y “Esto les pasa por envenenar la mente de la juventud” (Nunca Más, Cap. II). Y con macabro sarcasmo los asesinos dejaron sobre los cadáveres un dibujo de la historieta de Quino, Mafalda, quien señalando el garrote de un policía dice: “¿Ven? Este es el palito de abollar ideologías”. En el Cementerio de Mercedes fueron enterrados los palotinos asesinados. En el cortejo había coronas de flores enviadas por las Fuerzas Armadas; sobrevolaron el lugar aviones militares y un móvil policial circulaba continuamente alrededor de la necrópolis. “En ese momento de agudo dolor –dice la crónica periodística–, monseñor Tomé, junto a monseñor Leaden (hermano de uno de los religiosos ultimados), pidió a la concurrencia que rezara un Padrenuestro por el alma de los homicidas, “pidiéndole sinceramente a Dios su perdón, porque no saben lo que hacen”. Palabras del Evangelio, cuando la Crucifixión de Cristo, que fueron seguidas por una fervorosa respuesta en oración”. La única autoridad militar presente fue el Jefe del Regimiento 6, Teniente Coronel Alberto Ramón Schollaert. (Cfr. El Oeste, 7/07/1976). La crónica del sepelio “Pocas veces nuestra ciudad ha de haber sido testigo de un sepelio de tal hondura emocional comos las exequias de los tres sacerdotes palotinos inhumados ayer en la necrópolis local. Una impresionante cantidad de personas vinculadas a la Iglesia Católica, como así también a otros credos y los más diversos sectores de Mercedes, se hizo presente en las ceremonias, que se cumplieron dentro de la más absoluta sobriedad.” “Luego de haber sido velados en el templo de San Patricio los cadáveres de los reverendos padres Alfredo Leaden, Pedro Dufau y Alfredo J. Nelly, asesinados por extremistas en la parroquia de Belgrano, se ofició ayer a las 10 una misa de cuerpos presentes. La nave del templo palotino se vio totalmente colmada al realizarse el oficio, que estuvo presidido por monseñor Guillermo Leaden, hermano de uno de los religiosos ultimados. También se observaba la presencia de todos los sacerdotes palotinos del país, Obispo Diocesano, vicarios de la diócesis y representantes de distintas parroquias.” “Monseñor Tomé, obispo de Mercedes, tuvo a su cargo la predicación, que fue escuchada en medio de un intenso dolor e impresionante silencio. Los fieles seguían el oficio y las palabras del pastor desde todos los lugares accesibles al templo.” “Al final de la misa el padre Terencio O’Neill dio lectura a un telegrama enviado desde Londres por el Superior de la Congregación, por el que expresaba su pesar por el sacrificio de los religiosos.” “Durante la misa, en el momento de la comunión, una enorme fila de feligreses se acercó al altar para recibir el sacramento de la Eucaristía. Familiares, amigos, ex alumnos y personas allegadas a los tres sacerdotes –que durante años actuaron en Mercedes y dieron pruebas de su sacrificada contracción a la labor apostólica–, estaban despidiendo con honda fe y resignación cristiana a seres queridos. A la vez la colectividad irlandesa, numerosa y prestigiosa en esta ciudad, daba una prueba más de su valor, comulgando liberados de odios, y con cánticos de esperanza de resurrección.” “Una larga caravana se inició enseguida, rumbo al cementerio. Los féretros se detuvieron frente al Hospital, donde se rindió un homenaje y se ofició un responso. Cabe señalar que los padres palotinos, y especialmente el padre Leaden, estuvieron vinculados a la atención espiritual de ese establecimiento.” “En el cementerio local también esperaban algunos centenares de personas. Tres carrozas fúnebres se detuvieron ante el peristilo y junto a cada una de ellas se congregaron familiares, amigos y discípulos de los religiosos. Lentamente fueron retirados los ataúdes de los vehículos y trasladados hasta el sepulcro de los padres palotinos, donde se observaban tres fosas recién abiertas, alrededor de las cuales se congregó la concurrencia, mientras que otros centenares de personas quedaban en los alrededores y en las callejuelas del cementerio sin poder acercarse.” “Luego de la bendición de las fosas y de oraciones que estuvieron a cargo de monseñor Tomé, se escucharon canciones litúrgicas. Al descender los ataúdes y cuando debía procederse a echar la tierra sobre ellos, el padre O’Neill tomó la pala de uno de los trabajadores que estaban por comenzar la tarea y comenzó él a sepultar a sus hermanos en la fe. Un momento de tremenda emoción que conmovió a todos los presentes, incluso a los hombres que deben cumplir habitualmente con esas tareas. Seguidamente familiares y amigos pidieron las palas a los demás peones y hicieron lo propio hasta cubrir las fosas. Entretanto, plegarias y canciones de esperanza en la resurrección se mezclaban con el sordo ruido de las paladas. Entre ellas, una dulce canción irlandesa entonada por voces femeninas que, increíblemente, no desfallecieron ni un instante…” (El Oeste, Op. Cit.).
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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