Este jueves se estrena en el ámbito nacional y también en la ciudad de Mercedes la película “Gilda, no me arrepiento de este amor”, de Lorena Muñoz, con Natalia Orebro como protagonista, y la mercedina Gisela Vola fue la responsable de la fotografía fija del film, que sirve tanto para promocionarlo como para su utilización en algunas escenas en particular.

La mercedina integrante de la Cooperativa Sub ya había hecho un trabajo de investigación sobre la parte mística de la historia de la cantante fallecida trágicamente, y eso la acercó a la historia de Gilda, que se recrea en la pantalla de cine. “La posibilidad surgió porque conozco a la directora, es una amiga. Yo estuve haciendo un trabajo de fotos hace 3 años junto con la cooperativa Sub, que se llamó ‘Gilda, la milagrosa’ y que era una investigación de la parte mas mística, ya que después de su muerte los fans devenidos en devotos empiezan a creer realmente en la santidad de la cantante, en cuanto a la salud, el amor, la enfermedad. Hay personas que tienen mucha fe, eran fanáticos de Gilda y sus pedidos fueron cumplidos por esta santa popular, que es como el Gauchito Gil, una persona que tiene una llegada muy fuerte con el público, que la tenía cuando vivía y hacía cumbia. Ella tenía un contacto muy fuerte con su público. Era una mujer que se salió de los cánones, no vendía con su cuerpo ni iba con los estereotipos de las cantantes de la época como Gladis La Bomba Tucumana, o Lía Crucet. Era una maestra jardinera, un ama de casa con dos hijos y decide un día porque su vida era rutinaria presentarse a una audiecia para cantantes de cumbia. No tenía nada que ver, pero se animó y justamente fue muy conocida y preferida, viniendo de muy afuera. Enseguida entendió que su música llegaba a mucha gente, y gente con grandes necesidades. Como persona y como cantante lo entendió, por eso se apropió de la cumbia y se transformó en una líder con mucha formación y cultura musical de su familia. Entendió que iba a llegar a mucha más gente con la música tropical y ella quería eso. Lo que ocurrió después del accidente tiene que ver un poco con eso: la llegada a la gente, el carisma especial lo tenía, al igual que la figura angelical, su sonrisa, su mirada transparente. Esta figura de santa se crea por la misma necesidad de la gente y al parecer funciona: la gente cuenta historias en el cementerio y en su santuario en Entre Ríos. Hay quienes tenían enfermedades, quienes debían hipotecar su casa, o tenían problemas de amor, y superaron todo. Incluso hay muchas niñas que se llaman Gilda porque mujeres que no podían tener hijos se lo pidieron a Gilda y ella lo cumplió. Esto es muy impresionante y cuando hicimos las fotos con Sub trabajamos con esta parte mística”, relató Gisela Vola entrevistada por NOTICIASMERCEDINAS.COM

Y en cuanto a lo que debió hacer en el filme, comentó: “El trabajo para el que me convoca Lorena, en la película, tiene que ver con la foto fija. Y me interesó doblemente en principio porque me iba a acercar a la parte de la mujer en esta historia. La directora es documentalista y hace una fusión enriquecedora para la película con la ficción. Tiene relación con lo documental, la protagonista se mete mucho en el papel y los actores que hacen de músicos son dos de los sobrevivientes al accidente e incluso hay hijos de quienes murieron. Los fans que están en los recitales también son fans originales, del club de fans, los mismos que yo había fotografiado tres años antes. Esto tiene condimentos de lo documental pero es una ficción, ya que habla de una persona que ya no está”.

"Tuve que estudiar las tapas de los discos de Gilda, y hacerlas nuevamente con Natalia Oreiro. Ese fue un trabajo muy interesante, tuve que volver a hacer todo con Natalia, y me llegaron muchas imágenes familiares de Miriam Bianchi, Gilda, y hubo que buscar la ropa y dramatizar los mismos momentos cuando era chica, hacer fotos de niña con quienes la interpretaban en esa edad"

“Las fotografías en la película tiene que ver con tomar imágenes. Aquellas que van a servir para la difusión, para la foto de afiche, para las fotos de redes sociales, las que se utilizan como archivo dentro de las filmaciones. Y en este sentido tuve que estudiar las tapas de los discos de Gilda, y hacerlas nuevamente con Natalia Oreiro. Ese fue un trabajo muy interesante, tuve que volver a hacer todo con Natalia, y me llegaron muchas imágenes familiares de Miriam Bianchi, Gilda, y hubo que buscar la ropa y dramatizar los mismos momentos cuando era chica, hacer fotos de niña con quienes la interpretaban en esa edad. Y de alguna manera debí estudiar sus poses, su manera de actuar para que las fotos sean iguales”, agregó Gisela.

La fotógrafa, además, aseguró que este trabajo se conecta con el cine, que es su formación inicial: “Yo soy más cinéfila, veo más cine que fotografías, y puedo asumirlo porque el cine es mi inspiración. Es un trabajo muy intenso el que se hace y muy maravilloso”, dijo Gisela Vola, que estuvo la semana pasada, el 7 de septiembre, en el avant premier que fue la proyección para todos los que trabajaron en la película y los allegados.

En tanto, el estreno oficial será este jueves, y en simultáneo se estrena también en la ciudad de Mercedes. “Es una película que como espectadora considero que está bueno verla por lo que significó Gilda en el ambiente tropical, pero a las mujeres les va a pegar de una manera especial porque hay muchas Gilda en este mundo. Hay un mundo femenino en la película que a muchas mujeres las va a atraer”, completó Gisela, a horas del estreno nacional de “Gilda, no me arrepiento de este amor”, de Lorena Muñoz.

 

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