Las ciudades están ganando paulatinamente más protagonismo y se están transformando en los verdaderos motores del crecimiento y desarrollo de los países. Además de ser espacios de interacción entre personas y escenarios de oportunidades sociales, culturales y políticas, las ciudades son los lugares en los que se concentran los problemas y se potencian las desigualdades.

Los ámbitos urbanos se están transformando y la ciudadanía participa activamente de esos procesos. Además, la dinámica de los gobiernos en las ciudades está cambiando. El modelo de toma de decisiones en base a intuiciones está dejando paso, lentamente, a un modelo basado en información real, y esto está reconfigurando todas las relaciones entre gobierno y ciudadanía.

Las nuevas tecnologías están impactando muy fuertemente en estos fenómenos, cambiando la vida cotidiana de millones de personas, modificando, por citar algunos ejemplos, aspectos como el modo en que tomamos un autobús, la manera en que pagamos impuestos o cómo nos relacionamos con los organismos gubernamentales. Estamos viviendo una verdadera revolución del estilo de vida en las ciudades.

“Las decisiones gubernamentales en esta dirección serán las que definan el acceso real de los ciudadanos a las tecnologías. Esto influirá en cuestiones estructurales como las relaciones de poder, así como en asuntos tan específicos como la defensa de la privacidad de individuos y grupos sociales. Son estas políticas las que facilitarán el avance de la ciencia y la tecnología y con ellas la mejora de la calidad de vida en las ciudades”

Las Smart Cities aparecen como la respuesta universal para el futuro: internet de las cosas (IOT) y las nuevas tecnologías llegan al hogar, al trabajo, al esparcimiento, al consumo y ofrecen ahorro, simplicidad, eficacia, sanidad, educación y movilidad, aspectos que en su conjunto van generando la huella digital. Estos fenómenos están sucediendo con buenos y malos usos. Las ciudades inteligentes serán aquellas que se aprovechen de estos procesos y no las que los sufran.

En el marco de estas transformaciones podemos ver iniciativas de consumo colaborativo como el intercambio de viviendas temporarias, Uber, carpooling, trueque, Mercado Libre, etcétera, con impactos tangibles sobre las ciudades. Estas nuevas tendencias deberán ser conducidas por políticas que estén a la altura de los acontecimientos: políticas urbanas, políticas para la Sociedad del Conocimiento, y que contemplen la convergencia entre ambas.

Las decisiones gubernamentales en esta dirección serán las que definan el acceso real de los ciudadanos a las tecnologías. Esto influirá en cuestiones estructurales como las relaciones de poder, así como en asuntos tan específicos como la defensa de la privacidad de individuos y grupos sociales. Son estas políticas las que facilitarán el avance de la ciencia y la tecnología y con ellas la mejora de la calidad de vida en las ciudades. Serán también las que deberán arbitrar para que las decisiones tecnológicas no queden mayormente en manos del mercado.

 

* Ignacio Lamothe (36) es mercedino, licenciado en ciencia política UBA. Trabajó durante más de 15 años con gobiernos municipales de todo el país. Fue durante cuatro años Secretario de Municipios de Argentina, dependiendo del Ministerio del Interior. En 2015 fundó, junto a otros jóvenes profesionales, la incubadora de ideas PANAL que tiene por objeto el desarrollo de ideas innovadoras para la gestión de ciudades www.ideaspanal.org. Trabaja actualmente en Atlas agencia, que se dedica a la planificación y desarrollo de Ciudades Inteligentes www.smartcitiesatlas.com

 

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