El vecino Carlos Mosso, integrante de la Unión de Usuarios Viales como vicepresidente y fomentista del barrio El Seminario, objetó la colocación de lomos de burro y reductores de velocidad en esa zona. Cuestionó la existencia de 12 obstáculos en 20 manzanas, con la nueva colocación de reductores, esta semana, sobre las calles 11, 13 y 15, entre 2 y 114.

“Me pregunto en qué se piensa cuando se colocan reductores”, planteó. “¿En darle trabajo a mecánicos de trenes delanteros? ¿En obstruir avenidas y calles internas lo cual desvía parte del tránsito a calles que no tienen reductores? ¿En aumentar el tiempo de recorridos de la empresa de transporte de pasajeros? ¿O en darnos seguridad vial ante los delincuentes al volante de motos o cualquier tipo de vehículos?”, dijo.

“Desde mi humilde visión, si se está planificando una ciudad en materia de seguridad vial, llenando de reductores de velocidad en donde los vecinos reclaman con justa razón por controles, creo que estamos perdidos”, opinó Mosso.

“Estaría bueno que si es que se tienen estadísticas internas de los puntos críticos, gestionen con Nación y Provincia convenios por capacitación y equipos para controlar y multar a los que no respetan las velocidades máximas entre otras cuestiones. Si por cada vecino de los 63 barrios que tiene nuestra hermosa ciudad, que reclama por controles de velocidad, les vamos a colocar reductores, llegara el momento que todos andaremos de a pie. Ojalá tanto el HCD como el Ejecutivo tomen determinaciones para cambiar nuestra cultura infractora, controlando y castigando con todo el peso de la ley a quienes no la respeten, pero no transformando a nuestra ciudad en intransitable”, sentenció Mosso y cuestionó que en el Barrio Seminario hay desde esta semana –con nuevas instalaciones de reductores– 12 obstáculos en sólo 20 manzanas.

 

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