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17/10/16
Opinión: Todo en nombre del Peronismo Hace 71 años se firmaba la partida de nacimiento del Peronismo. Muchas cosas han pasado. Pero mientras haya un trabajador en la Patria y una necesidad que genere un derecho por el que luchar va a existir el Peronismo. Por Jorge Pirotta. 
Un día como hoy, hace 71 años, el pueblo trabajador argentino escribió, de su puño y letra y con la tinta indeleble de la lealtad, la partida de nacimiento del Peronismo. Hace muchos años, mientras elaboraba un material para la formación política de nuestros compañeros, le pregunté al inolvidable Fermín Chavez, en su modesta y llena de libros vivienda de San Telmo, "¿Cuál es a tu criterio la identidad del Peronismo?". La respuesta fue sencilla y de una soberbia claridad: "Mirá compañero -me dijo haciendo un gesto con los dedos- si yo tuviera acá una plantita de ombú sería tal vez así de chiquita, pero ya sería un ombú. Es que la identidad de todas las cosas está en su nacimiento. El nacimiento del Peronismo fue el 17 de octubre de 1945, y la más auténtica identidad del Peronismo es esa: el pueblo trabajador defendiendo sus intereses, ejerciendo sus derechos y siendo protagonista de la historia."
Muchas cosas han pasado en estos 71 años. Primero fueron años gloriosos de conquistas sociales y de felicidad para nuestro pueblo. Luego vinieron años oscuros, de resistencia y de lucha. Por fin llegó la esperanza de la liberación y reconstrucción nacional de la mano de un Perón gigante y estadista. Pero todo fue malogrado por los intereses mezquinos y la acción del terrorismo. Llegó la dictadura más atroz que hemos padecido. Terrorismo de Estado, miedo, destrucción material y espiritual de la Patria. El regreso de la Democracia renovó las esperanzas pero no supimos aprender del dolor y la división en el país abrió nuevas brechas para el avance de los intereses antinacionales y antipopulares. En nombre del Peronismo, en los '90, se destruyó la mayor parte de los logros peronistas y se condenó al país a una profunda crisis que explotó en 2001. En nombre del Peronismo se trabajó para la unidad nacional y para la reconstrucción del país. Volvimos a tener esperanzas. Vino la era K que iniciamos con alegría y entusiasmo. Y en nombre del Peronismo a veces, denostando al Peronismo en otras ocasiones, se puso en marcha el más grande operativo de corrupción estatal y de entrega de nuestro patrimonio que hayamos visto en nuestra tierra. Además, se implementó una descomunal política de clientelismo, de dependencia del Estado por parte de los sectores más desposeídos, desaprovechando casi una década de crecimiento para generar puestos de trabajo y desarrollo de nuestra economía. En nombre del Peronismo se ha hecho de todo, cosas maravillosas y cosas terribles. Por eso es absolutamente comprensible que hoy, cuando la política, fruto de la negligencia de quienes han gobernado, ha perdido credibilidad y no se la considera como el instrumento para el mejoramiento de la sociedad sino como el vehículo para el enriquecimiento de los funcionarios, hoy parece difícil o casi imposible decir qué es el Peronismo y si todavía tendrá vigencia en nuestra Patria. Yo quiero decir, con humildad pero con profunda fe y convicción, que mientras haya un trabajador en nuestra Patria y una necesidad que genere un derecho por el que luchar va a existir el Peronismo, ese Peronismo magistralmente definido por Fermín Chavez: el Pueblo Trabajador defendiendo sus intereses, ejerciendo sus derechos y siendo protagonista de la historia.
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