Por estos días viene muy bien hablar de este tema. Más allá de lo que representa la lealtad para todos aquellos que tenemos un fuerte pensamiento y origen peronista, la lealtad representa un valor primordial del ser humano, que no me caben dudas, será uno de los pilares básicos en la reconstrucción de una sociedad que viene siendo vapuleada y utilizada con fines, que en la mayoría de los casos, son puramente personales y no colectivos.

Recorría escritos, textos y definiciones y en uno de ellos me detuve y lo comparto con ustedes: “Lealtad, firmeza en los afectos y en las ideas que lleva a no engañar ni traicionar a los demás”

Cuantas palabras en esta definición que representan ejes de conductas que necesito y decido vivir fundamentalmente en mi vida familiar, y que los voy a desarrollar para compartirlos con todos ustedes.

“Firmeza” me permite emprender mis sueños siendo auténtico con mis pensamientos, quitándome todo personalismo enfermizo y entendiendo que vivimos en sociedad y trabajamos en equipo. Y aunque el propio equipo tenga una idea distinta a la mía, no puedo imponer mi pensamiento como único, ya que caería, al poco tiempo, en la soledad de los soberbios.

Si comparto un equipo de trabajo, debo tener la suficiente apertura y creatividad, como para defender mis posturas respetando las posturas de los demás con la misma firmeza.

Muchas veces escuchamos que “los políticos son todos iguales”, “los periodistas son todos iguales”, “los empresarios son todos iguales”, etcétera, etcétera, y cuanta equivocación e injusticia tienen estas palabras, ya que por engaños personales se juzga lo colectivo y esta situación lleva a no creer en todas las personas que ejercen auténticamente estas tareas.

No todo es simple, no todo es fácil, pero todo debe ser enfrentado.

“Afectos”. Cuando uno habla de sus afectos, está poniendo en juego su corazón, sus vínculos, su pasión, ese camino que nos lleva a estar cerca y necesitarlo, no concibo una estructura de trabajo sin acercamiento y por ende sin afecto.

“Ideas”. Las ideas representan en mi vida el sendero para materializar mis sueños. Se nos ocurren como resultado de las iniciativas personales y/o grupales que tenemos para mejorar básicamente nuestras vidas.

Aquí quiero diferenciar fuertemente las buenas de las malas ideas, el bien común no se debe negociar para beneficio propio, como mínimo seríamos injustos, seguramente nos convertiríamos en autoritarios.

“Engañar”. Si acepté trabajar en una fuerza política, un espacio social, un grupo de amigos u otra comunidad, jamás tengo que caer en el engaño, porque el daño más profundo que esta actitud genera es el descreimiento.

Muchas veces escuchamos que “los políticos son todos iguales”, “los periodistas son todos iguales”, “los empresarios son todos iguales”, etcétera, etcétera, y cuanta equivocación e injusticia tienen estas palabras, ya que por engaños personales se juzga lo colectivo y esta situación lleva a no creer en todas las personas que ejercen auténticamente estas tareas.

¿Y por qué me tiene que ensuciar o encuadrar en algo que yo no soy, la actitud de una persona que engaña?

Aquí es el único momento donde necesito fortalecer las historias de vida personales, con errores y aciertos, pero como aprendí de mi queridos viejos, uno tiene como objetivo primordial en la vida ser buena persona desde el trabajo y los afectos.

Por ello, a la larga, cada uno se termina mostrando como es.

Por lo tanto, fijémonos cómo somos, qué queremos, qué necesitamos y a quién o a quiénes apoyamos.

El engaño debe ser resaltado como actitud negativa, sino caemos en un facilismo perverso y demoledor de pensar que todos nos pueden estar engañando y así no podremos construir nada.

“Traicionar”. Ta traición, sin lugar a dudas es la ejecución del engaño. A la larga el que te engaña te traiciona, y un traidor no mide a quien traiciona, sino que siempre termina ejecutando su engaño.

“Demás”. Si no entendemos que somos los demás de los demás y no dejamos de pensar que somos el ombligo del mundo, creo que estamos perdidos y terminaremos solos.

Y realmente no decido estar solo, porque necesito dar y recibir amor.

Humildemente como pueden observar, en lo personal, la lealtad no representa solo una palabra que acompaña perfectamente cualquier acción, es un valor, es una decisión de vida, porque la lealtad se siente, no se puede fingir…

* Carlos Alberto Milhomme es concejal, presidente del Bloque Partido Justicialista - Frente Renovador de Mercedes

 

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