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16/07/17
El día sábado, y tal cual estaba previsto, en la Basílica de Luján fue ordenado obispo, titular de la diócesis de Ita y auxiliar en Mercedes Luján, Jorge Eduardo Scheinig. La misa fue presidida por el arzobispo titular de Mercedes Luján, Agustín Radrizzani, quien ofreció una homilía. Y el nuevo obispo pronunció, al final, palabras que manifiestan su sentir y su agradecimiento. En el día de su ordenación episcopal, Jorge Eduardo Scheinig expresó en la Basílica de Luján: “Quisiera tener hoy tus mismos sentimientos Negro Manuel, para decir con tanta sencillez, humildad y contundencia: “Soy de la Virgen nomás”… Dame Negro Manuel la mirada de tu corazón para confesar que en la Virgencita de Luján, en la Madre de Dios, hija del Padre, mi Ama, mi Patrona, soy libre, soy digno, soy pleno, porque soy hijo”. “En cinco palabras este hombre esclavo, desterrado, pobre, pequeño y santo, ha sido capaz de expresar lo más profundo de la “sabiduría religiosa” de nuestro pueblo. Porque en nuestro pueblo hay místicos auténticos. Son personas sencillas, sufrientes y pobres que pueden expresar con gestos y con muy pocas palabras, la hondura que brota del Evangelio de Jesús”, agregó en la Basílica, durante su homilía. “Estoy seguro de que aquí también se construye la Patria, aquí, en este lugar sagrado, hay una fuente genuina de argentinidad. La Virgen viste los colores de la Patria, su poncho es nuestra bandera. Ahí estamos todos nosotros y la Patria necesita algo inédito, y tal vez, hoy lo inédito es construir una Nueva Fraternidad, más realista pero también más generosa. Pienso que nunca, nadie y mucho menos nosotros, la Iglesia, debería darle la espalda a este pueblo peregrino, que tiene tanta capacidad de aguante, tanta resistencia, tanta entrega y tanta generosidad de vida”, remarcó Scheinig. “Nuestro pueblo es sabio y yo quiero ser parte de los sentimientos de esa muchedumbre anónima que viene aquí con absoluta confianza. Quiero beber de esta mística popular para hundir más y mejor mi corazón en el Evangelio de Jesús”, expresó Jorge Eduardo Scheinig. “De hecho, en mis 34 años de historia sacerdotal he venido muchas veces a los pies de la Virgen a agradecer, a entregar, a suplicar y también a llorar. Queridos hermanos sacerdotes y ahora, queridos hermanos obispos, la Virgen guarda todos nuestros secretos, la intimidad de nuestros momentos luminosos y dolorosos. Estoy seguro que podemos decir con absoluta sinceridad que jamás nos fuimos de aquí con otra sensación que el de haber sido una y otra vez recibidos y acariciados con máxima ternura. La Virgen es Madre y sabe sanar las heridas de la vida”, sentenció el nuevo auxiliar. “Estoy seguro que el Santo Padre, Francisco, animado por el Espíritu, fiel a la tradición y con fidelidad creativa, está conduciendo a la Iglesia hacia una renovación profunda y esperada”, agregó Scheinig, entre otros conceptos. “Gracias querida Iglesia de Mercedes Luján. Me sumo al camino y a la historia de esta Iglesia grande en territorio y en realidades. Les pido que en este primer tiempo me ayuden a descubrir las huellas que Dios fue haciendo entre ustedes y con ustedes. El Papa Francisco nos invita a los obispos a: “estar a veces delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos”, permítanme entonces en este primer tiempo caminar entre ustedes, en el medio y atrás, acompañando a los últimos y siguiendo el olfato de esta Iglesia diocesana”, dijo entre otros agradecimientos. Y destacó especialmente a los “hermanos sacerdotes porque en esta última semana, en los encuentros que hemos compartido, me abrieron la puerta y me permitieron entrar en esta Iglesia, que es la Casa de ustedes”, y también a sus compañeros de camino, a sus familiares y al Santo Padre Francisco: “Gracias por tu confianza al encargarme esta misión, me hace más hermano tuyo, más amigo y más hijo”. “Quisiera ofrecerle a la Virgencita de Luján un cirio encendido así como lo hacía el Negro Manuel, simplemente para mantener encendida nuestra esperanza y alegría. Como nos pide nuestro querido Papa Francisco, no nos dejemos robar la esperanza y la alegría. Mientras lo hago, recemos para que el Negro Manuel sea beatificado”, completó Jorge Eduardo Scheinig.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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