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21/08/17
El pasado viernes por la noche en el SUTEBA de Mercedes se estrenó, tras varios meses de preparación y ensayo, la versión 2017 de la obra “Esperando a Godot”, un clásico del teatro del absurdo que tuvo su primera función, luego de casi 20 años de haber sido puesta en escena por el mismo grupo también –como ahora– bajo la dirección de Fabián Morales. Y si bien no hay nuevas fechas confirmadas para su representación se estima que durante el mes de septiembre pueda verse nuevamente esta obra, que en su estreno tuvo un lleno total y quedó gente afuera que no pudo ingresar a la sala por su capacidad limitada. Por lo demás, en los papeles de los dos personajes principales (Vladimir y Estragón) están Maximiliano Camusoni y Carlos Solari. Mientras que además del citado Javier Torres (Pozzo), están Andrés Babino (Lucky) y Camila Morales (el Muchacho). La asistencia de dirección es de Marisa Ivaldi y la dirección de Fabián Morales. “Salió muy bien, con los errores propios de un estreno, pero estuvo muy bien. Creemos que a la gente le gustó mucho. Estamos muy contentos con la escenografía y el vestuario. Quedó mucha gente afuera porque no había lugar y querían entrar igual, algo que no pudimos conceder por la capacidad de la sala”, comentó Fabián Morales, sobre el estreno e indicó que la idea pasa por hacer una nueva representación a principios del mes de septiembre. Una obra singular Beckett escribió la obra originalmente en francés, su segunda lengua. La traducción al inglés fue realizada por el mismo Beckett y publicada en 1955. La obra se divide en dos actos, y en ambos aparecen dos vagabundos llamados Vladimir y Estragón que esperan en vano junto a un camino a un tal Godot, con quien (quizás) tienen alguna cita. El público nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de asunto han de tratar con él. En cada acto, aparecen el cruel Pozzo y su esclavo Lucky (en inglés, «afortunado»), seguidos de un muchacho que hace llegar el mensaje a Vladimir y Estragón de que Godot no vendrá hoy, “pero mañana seguro que sí”. Esta trama, que intencionalmente no tiene ningún hecho relevante y es altamente repetitiva, simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida humana, tema recurrente del existencialismo. Una interpretación extendida del misteriosamente ausente Godot es que representa a Dios (en inglés: God), aunque Beckett siempre negó esto, y afirmó que derivaba de godillot, que en jerga francesa significa bota.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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