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01/10/17
Por estos días ya se puede conseguir el disco “Cristalizar” de Pata Simonet, en el que participan como invitados una gran cantidad de artistas que se suman con voces o diferentes instrumentos. De esta manera y a poco de su publicación inicial en “Spotify” y de las buenas críticas recibidas en las redes sociales, Simonet da a conocer en esta entrevista algunas de las motivaciones que lo llevaron a concretar este trabajo. De perfil bajo, Gerardo “Pata” Simonet es un creativo con ideas para aportar desde distintos ámbitos. Y en la nota mantenida con este medio deja en claro que ha recorrido un interesante camino y que ha visto a su alrededor muchas cosas de las que se ha nutrido y se nutre, hasta hoy en día, reflejando eso mismo en la forma que eligió para su trabajo, cediendo importantes espacios a productores y músicos varios para ejecutar su creación. En un estilo propio que se vale de lo que comparte con sus talentosos amigos y conocidos. – ¿Cómo se inició el proceso de creación del disco y cuánto hace que lo venís pergeñando? Grabar un disco desde siempre fue un sueño, por eso más allá del tiempo que nos llevó producirlo (que fueron un par de años en forma bastante interrumpida), son canciones gestadas a lo largo de muchas etapas de mi vida, por eso la cosa va de muy atrás. Venía de un bloqueo creativo importante, con algunas canciones terminadas pero muchas ideas pendientes de concretar, así que durante el 2014 paré la pelota y me dediqué a cerrar los temas y grabar un demo para poder visualizar un poco cómo sería un disco mío. Desde hacía años el deseo era producirlo con el Flaco Cirillo que además de amigo –ex compañero en Dezero–, es una especie de gurú sonoro de la ciudad. Pienso que el sonido de gran parte del rock local en los últimos quince años le debe mucho a él, principalmente porque trajo desde sus expediciones por circuitos profesionales de Capital, softwares de música y cuestiones tecnológicas que acá nunca nadie había utilizado y se fueron incorporando. Con él compartimos gustos musicales y siempre deambuló la idea de producir con él mi disco.
– ¿Qué es la música para vos y cómo fueron tus inicios con ella? En mi caso, no recuerdo la vida sin música. Escucho música varias horas por día desde adolescente y me considero ante todo un oyente y un buscador constante de cosas nuevas. Me llegó el folklore desde muy chico, mi mamá tuvo un conjunto folklórico y su guitarra, su voz y el cancionero popular argentino son mi infancia. Por otra parte mi tío, Juan José Ricci, puso a final de los ochenta el primer estudio de grabación de la ciudad. Yo crecí con todo eso. Mi curiosidad me llevó al rock –sin haber tenido en la familia alguien de ese palo– y me abrió hacia gran cantidad de géneros que aprendí a amar por las mías. En ese tiempo ya adolescente sentí la necesidad de hacer canciones y sin demasiados recursos técnicos, a prueba y error, empezamos a experimentar con mi amigo Marcos Kosicki y salieron las primeras creaciones. Más allá de las raíces folklóricas de la niñez, que aún perduran, desde la adolescencia me marcaron Los Beatles, el Rock Nacional (Soda, Charly García, Fito, Miguel Mateos, Spinetta, Cerati, Virus, la Trova Rosarina, etcétera) y entre muchas, también la música synth pop de los ochenta y noventa. Escuché mucho Erasure, Depeche Mode, OMD y bandas del estilo que sonaban en la FM Z95, pero paralelamente nunca faltaron McCartney o Lennon y toda su descendencia musical. Un quiebre muy grande a nivel nacional fue la revolución sónica del disco Dynamo, de Soda Stereo. En esa época me mataba a shows todos los fines de semana y no me quedó artista sin ver. Acá rodaban Tadeo y La Pulpería, y yo era un fan que conocía todas sus canciones y observaba ese mundo detrás de las columnas. Esas bandas fueron las primeras superestrellas que yo tuve a mano.
– ¿Cómo llega en este momento de tu vida la edición de “Cristalizar”? ¿Qué significa? El disco, como su propio título lo dice, implica la cristalización de diez canciones que podrían resumir una larga etapa de mi vida, también el haber saldado una tremenda deuda conmigo mismo. Ningún tema fue relleno para un disco sino por el contrario, son ideas y canciones que me asaltaban desde mis cajones, algunas definidas hace tiempo y otras en el proceso final, y necesitaban esta culminación. Cristalizar no hubiese sido posible sin el aguante de tantos músicos amigos. Algunas canciones eran conocidas en círculos locales y en momentos en que me fui cruzando con varios, se fueron ofreciendo para tocar el día que decida grabar. Participaron un montón de músicos de la ciudad y podría hablar maravillas de cada uno, pero me limito a nombrarlos por razones de espacio: Sebastián y Ulises Cirillo, Damián Tessore, Victoria Mariella, Maxi Elizondo, Darío Lescano, Chori Perruolo, Lucas Guinot, Amarilis Díaz, Florencia Chena, Luciana López Lástrico, Marcelo Giorgione, Miguel Schafrik, Martín Boffi, Gabriel Alvarez y Pablo Rodriguez (de Luján). También un pianista cubano amigo llamado Alejandro Malde y la satisfacción artística más grande es la de haber hecho dos dúos con Rubén Goldín, un histórico de la música popular argentina con quien tenemos desde hace años una relación artístico-amistosa muy especial, y se prendió con la mayor generosidad a formar parte.
– ¿Qué crees que le aporta tu disco al panorama musical actual? – Se publicó primero en Spotify y ya se puede conseguir en disquerías el ejemplar físico ¿cómo es la experiencia tuya con esta nueva herramienta de difusión en la red? Internet es por excelencia el elemento de difusión en este tiempo. Gracias a Dios, más allá de que en los grandes medios de comunicación reina la música comercial y artistas como yo no tienen espacio, internet te permite encontrar a tus iguales. Lo he hablado mucho con amigos y hoy en día cuesta muchísimo encontrar un artista que te mueva un pelo. El Rock Nacional, que en algún momento fue la potencia de Latinoamérica, si te guiás por los medios masivos de comunicación de hoy, pareciera que es solo un recuerdo; que fuimos reemplazados por reggaetoneros y por una música pop enlatada que suena por todos lados, pero estoy convencido de que si bien es imposible en este contexto sociocultural soñar un nuevo Charly o un nuevo Fito, hay muchos artistas independientes no difundidos capaces de conmover, solo es cuestión de ser curioso y encontrarlos. Eso es lo que yo busco, más allá de lograrlo o no, al menos como aspiración. Entonces volviendo a la pregunta, las plataformas digitales como Spotify y tantas otras, más allá de ser nefastas en cuanto a lo que puedan pagar a los músicos, son la clave para que puedas tener un lugar como artista fuera de los grandes medios; son un espacio donde podés tener esperanza de que si alguien busca algo distinto, se pueda topar con tu mensaje embotellado. Eso a pequeña escala me va pasando y me sorprendo muchísimo cuando veo que el disco tiene escuchas en un montón de provincias argentinas inesperadas o en países impensados tanto de América como de Europa y Asia. Cristalizar se encuentra disponible en su versión material en disquería La Jungla Musical (Galería Jardín, local 20, calle 22 n° 580, Mercedes, Buenos Aires) y en Mar And’s Instrumentos musicales (calle 12 n° 515 de Mercedes, o calle Mitre n° 633 de Luján). También solicitándolo a través de la página de Facebook Pata Simonet o www.patasimonet.com para cualquier lugar del país.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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