“Los niveles de violencia son lamentables en nuestra Patria, deberíamos estar en una situación muchísimo mejor; el que piensa distinto de mí no es mi enemigo sino que es complementario”, consideró Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes Luján.

En vísperas de Navidad, Radrizzani expresó su admiración por Uruguay “que para inaugurar un puente se presentan todos los presidentes que pasaron”. “O el presidente que acaba de ganar en Chile que quiere caminar junto a su adversario”, ejemplificó en una entrevista que concedió a Radio Ciudad de Luján.

“Esas realidades no se dan en nuestra Patria; primero hay un nivel de violencia que es tirar piedras, o balas aunque sean de goma, y otro nivel de violencia que es el verbal, pero todo eso tiene una raíz profunda que son los valores”, dijo.

“A mí me da pena porque yo tengo que propiciar los valores de Jesús y el Evangelio, y la Navidad; ahora el que es ateo por lo menos si no cree en Jesús ni cree en el Evangelio que por lo menos crea en los valores de la persona humana”, instó.

“Tenemos que ir a los valores, lo que hemos heredado de nuestros padres y abuelos”, dijo el arzobispo y llamó a “sacar todas aquellas cosas que son transitorias y quedarme con las que son permanentes, las eternas; la honestidad, la laboriosidad, la amistad, la fidelidad, la familia, los hijos, el trabajo, eso que hace a nuestra vida”.

“En estos casos pienso en la vida de los santos que tuvieron que remar contra  corriente; también hay una fuerza excepcional, un círculo virtuoso… si por la Navidad y tratando  de unir la familia, de perdonar las ofensas, de olvidar agresiones, yo trato de construir  en el pequeño o gran mundo que me toca actuar, el mundo se va revirtiendo”, consideró.

“Constato día a día centenares de gente buena por donde la mires; no es gente  que frecuenta la iglesia, a veces sí, a veces no, gente de un corazón nobilísimo”, enfatizó y explicó: “En la encrucijada tengo dos caminos: o me tiro a chanta o sigo construyendo sobre el bien, que es lo que tratamos de hacer aquellos que buscamos una Argentina mejor”.

“En ese sentido la Navidad nos ayuda porque ese niño pequeño, frágil, sin ninguna posibilidad de nada, para nosotros los creyentes es el Salvador del mundo; el Papa Benedicto dice que la señal de Dios es la sencillez, es el niño, Él se hace pequeño por nosotros”, manifestó.

“Ese es el modo de reinar de Dios, en oposición a las bombas, las muertes, el dominio por las armas; si yo soy el que manda y doy un puñetazo en la mesa y digo ‘basta, aquí mando yo y vos te mandás a mudar de casa’ o echo a mis hijos, así la cosa no funciona porque así no ha funcionado para Jesús”, subrayó Radrizzani.

 

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