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28/02/18
Los mercedinos Nicolás Sciutto y Estefanía Zorzenon son parte de una aventura en viaje por diferentes países. En 2016 decidieron vender sus pertenencias y dejar todo detrás para emprender un viaje sin fecha de retorno por el mundo. Por ahora ya estuvieron en casi todos los países de América, pero sus recorridos continuarán por el resto del globo. Nicolás ya había viajado como mochilero por muchos años haciendo dedo de Argentina hasta México, vendiendo artesanías y trabajando como divemaster en buceo en Roattan, Honduras, donde vivió un año y medio. Al volver a Mercedes, su tierra natal, abrió un bar, el que decidió cerrar para retomar la vida nómade, esta vez junto a su amor Estafanía, licenciada en psicología y artista, quien estaba entonces trabajando en escuelas primarias de la Ciudad de Buenos aires como facilitadora pedagógica digital, al mismo tiempo que pintaba y realizaba artesanías y para entonces terminaba de grabar su disco de rock bajo el seudónimo de “Stefi del cosmos” como compositora, cantante y guitarrista, todas cosas que también dejaría atrás para comenzar esta nueva aventura. “Veníamos vendiendo nuestras pertenencias en una feria rodante por los pueblos de la provincia de Buenos Aires y por internet, pero la decisión definitiva de arrancar fue repentina y volamos a Cancún, México, desde donde fuimos a Playa de Carmen y Estefi se inició en el buceo, obteniendo su certificado de open water”, comentó Nicolás. “Luego de conocer todas las hermosas playas de Quintana Roo, viajamos a ciudad de México, donde por las coincidencias locas de la vida terminamos actuando de extras en una película”, amplió.
De México eligieron ir a Los Angeles, California, donde al ver que eran muy caros los alojamientos, decidieron alquilar un auto, tipo minivan, que incluía un colchón, sábanas y cortinas para dormir en donde quisieran y al mismo tiempo poder recorrer la ciudad. “Ahí comenzó para nosotros una nueva etapa ya que nos enamoramos de esa vida. Nuevamente en un acto de impulso, volamos a Hawaii, recorrimos Big Island y Oahu. Entonces sacamos pasajes para ir al sudeste asiático, pero al llegar al check in, supimos que nuestra reserva había sido cancelada y nos habíamos quedado sin alojamiento y sin pasajes. Terminamos volviendo a California, y con la venta de la camioneta en Argentina compramos una pequeña Chevrolet HHR que preparamos con nuestro colchón y se convirtió en nuestra nueva casa. Con ella comenzamos a recorrer California y llegamos al Norte, donde hicimos amigos que hoy son familia para nosotros. Vendimos la camioneta y compramos una van y una Harley, con los cuales recorrimos Estados Unidos por la 66 desde el Pacífico hasta el Atlántico, pero en vez de ir hasta Chicago fuimos hasta el último cayo de Florida. Esquivamos ciudades y amamos la naturaleza y los hermosos pueblitos de Estados Unidos con su gente solidaria y hospitalaria que nos ayudó con todo lo que pudo abriéndonos las puertas de su hogar y hasta dándonos dinero en ocasiones de emergencia”, explicó Nicolás. En San Diego, California, adoptaron a Chico, un perrito que es como un hijo para ellos, compañero de aventuras, siempre fiel y divertido. “Viene con nosotros hace un año atravesando las Américas: México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile. Cada país con su gente, sus bellezas naturales, su cultura, nos enseña en el camino a valorar lo importante en la vida y a crecer como personas”, explican los aventureros. Son muchas las aventuras y sobre todo, la gente, que han conocido a lo largo de este viaje. “Muchos son para nosotros hoy parte de nuestras familias, ya que nos sentimos ligados profundamente a ellos, a pesar de hasta incluso algunos hablar otro idioma y estar muy lejos. Nos dicen que tenemos que escribir un libro, tal vez en el futuro lo hagamos. Ahora solo queremos seguir adelante viajando por el mundo y descubriendo nuestro hermoso planeta y su gente”, cuentan.
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