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16/04/18
Si no sabe de lo que estoy hablando, le refresco un poco la mente: ¿Ha estado alguna vez en un Starbucks? Sus tiendas son el máximo exponente de marketing sensorial: un lugar donde la marca se evoca a través del olor, del sabor y el sonido. Igualmente el diseño y la decoración de los locales contribuyen a crear un ambiente cómodo y acogedor. Y por supuesto, uno de los grandes maestros del marketing experiencial es Apple que, efectivamente, no tiene clientes sino seguidores porque se ha convertido en una experiencia de vida que genera una conexión emocional, a partir de la cual el usuario es el que está esperando los nuevos modelos de la empresa aún solo el producto cambie de color y de tamaño, muchas veces sin ninguna novedad aparente o en particular… Y es que, en pleno siglo XXI la satisfacción del cliente ya no es suficiente, para diferenciarse se necesitan experiencias. Las experiencias son fuentes de emociones y las emociones son el motor de la toma de decisiones a la hora de comprar cualquier producto o servicio. En una época donde el consumidor se ha vuelto escéptico. Ahora es mucho más difícil convencerle de las ventajas de una oferta. La opción posible de muchas empresas es la búsqueda de mecanismos de comunicación alternativos y de personificaciones o atributos éticos alrededor de las cuales presentar los productos o servicios. Tratando de establecer conexiones entre las marcas y los consumidores. Si es usted una de las muchas empresas/marcas que aún no son conscientes de su importancia debería empezar a practicarla, ya que con el Marketing Experiencial usted implica a la gente de forma memorable, sin importar que sea usted grande o mediana empresa. Hay muchas maneras en las que puede hacer participe de su marca a su posible cliente y hacer que éste se quede siendo un devoto de usted y al mismo tiempo lo recomiende.
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