Si hace aproximadamente 11 años nos hubieran dicho que los teléfonos móviles iban a ser herramientas de trabajo, gestión, administración, o una opción de ocio muy ventajosa, es posible que tres de cada cinco personas hubieran reaccionado de forma escéptica, y que algunos incluso, se lo hubieran tomado con una pizca de humor.

En cosa de menos de una década, hemos transformado un objeto que usábamos para comunicarnos entre nosotros, en una herramienta de uso imprescindible, apta para prácticamente todos los niveles de nuestros hábitos y costumbres diarios. De hecho, es posible que hasta el término “teléfono” sea ya, algo anecdótico

Nació con el fin de ser un instrumento destinado a la conferencia entre dos personas, ya fuera mediante llamadas de voz, o los denominados ´sms´; al cabo de unos años, determinados avances tecnológicos permitieron las conexiones a Internet, a precios casi prohibitivos, sumándose al poco, la inclusión de cámaras fotográficas, cuya calidad -al principio- no rozaba lo mínimamente aceptable, siendo esta una tecnología a desarrollar, hasta tal punto que los móviles ya no solo tienen cámaras, sino también flash, cámara principal, y delantera, y la calidad en megapixeles de dichas mini-cámaras, es a día de hoy, incluso superior al de cámaras fotográficas reflex de hace 6 años, cuyos costos superan el millar de euros; y cuando los fabricantes ya no supieron qué más hacer, llegó Steve Jobs con Apple de la mano, e introdujo el smartphone; un artefacto móvil, destinado a la navegación y al ocio, como tareas principales, además de las llamadas y fotografías ya consabidas.

Poco tardaron las demás empresas tecnológicas del sector en subirse al carro y aprovechar las nuevas posibilidades que brindaba un smartphone. Llegaron los sistemas iOs, y Android, llegaron las APP´s, las distintas redes sociales, como Instagram o Twitter, para un uso destinado especialmente en app (si bien es cierto que tienen versiones web, estas no son tan cómodas de manejar), y al poco tiempo, todo lo demás.

Con los teléfonos a día de hoy puedes, prácticamente, hacer de todo. Revisar tus cuentas, facturas o recibos, hacer movimientos bancarios, y si tienes un negocio, incluso manejar o consultar toda la información pertinente que tengas de la misma, desde los movimientos del datáfono, hasta los pagos de nóminas, o el cobro de servicios. Puedes usar aplicaciones para consultar el tiempo que hace, y el que hará los próximos días, hacer la compra semanal de casa, averiguar todo lo que necesites sobre cualquier destino turístico, como ir y volver, reservar hotel, reservar excursiones para visitar los sitios más emblemáticos, comprar vuelos, y hasta contratar la póliza de viaje que te permita tener tu viaje, tu equipaje, y tu salud médica aseguradas en caso de ocurrir cualquier imprevisto, y todo, sin moverte del sitio, usando cualquiera de tus dedos en una pantalla tan grande como la palma de tu mano.

Lo más interesante, ya no es todo aquello que te permiten los teléfonos móviles, sino también, todo aquello a donde quieras llegar. No solo es en sí, un instrumento vital para poder tener contacto con todos tus seres queridos (ya que a día de hoy, si no usas aplicaciones como whatsapp o telegram, se podría decir, que prácticamente te auto marginarías de cualquier grupo de amigos, trabajo o familiares que tengas), sino que básicamente es el útil por excelencia destinado al ocio.

Tras la creación de videojuegos para teléfonos, ha llegado una nueva generación de aplicaciones destinadas a un tipo de ocio diferente. Desde el clásico pasatiempo, pasando por adaptaciones virtuales de juegos clásicos de mesa, a aplicaciones de contactos con las que conocer a tu próxima pareja (como Tinder) o aplicaciones dedicadas al mundo de la apuesta segura, en donde el abanico de posibilidades para jugar a todo lo que quieras es sobradamente amplio, seguro, y eso si: totalmente legal

Los casinos online, se están convirtiendo en muchos lugares del mundo, en nuevos centros de recreo, donde poder jugar, y apostar de forma muy económica mientras esperas a embarcar en un avión, viajas en un tren, o simplemente no tienes nada que hacer, y no precisas de querer encender tu ordenador. Muchos incluso, te permiten jugar a diferentes tipos de juegos, sin tener que apostar dinero real.

Con todo, el smartphone se ha convertido en un artefacto imprescindible para la vida cotidiana, sin el cual, a día de hoy, nos resultaría complicado realizar muchas tareas habituales, que antes hacíamos casi sin pensar, y que a día de hoy, no nos planteamos hacer sin un teléfono móvil

 

 

 

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